Barcelona (EFE).- CaixaFórum Barcelona plantea a través de la exposición ‘Tiempos inciertos’ la actualidad de muchas de las ideas y los debates que se produjeron en la República de Weimar, nacida tras la Primera Guerra Mundial, y analiza su evolución entre 1919 y 1933, año en el que Hitler llegó al poder.
La exposición, que estará abierta al público hasta el 20 de julio, ofrece «una visión transversal del efervescente período de entreguerras» y «una mirada poliédrica» de aquellos años marcados por la incertidumbre y la inestabilidad, pero también por la creación y el progreso con influencias que llegan hasta hoy.
La República de Weimar estuvo marcada por tensiones y un trágico final, pero muchas de sus ideas y debates, y la herencia de su desbordante creatividad siguen vivos hoy en día, ha destacado en la presentación el arquitecto y filósofo Pau Pedragosa, uno de los comisarios de la muestra.

Un salón burgués del siglo XIX
En el inicio del recorrido expositivo, los visitantes acceden a una recreación escenográfica de un salón burgués de finales del siglo XIX que representa el mundo estable y previsible que acaba cuando se produce el estallido de la Gran Guerra.
Respecto al aspecto sonoro, el vals ‘El Danubio Azul’, de Strauss, simboliza la vieja Europa, mientras que la ‘Consagración de la Primavera’, de Stravinsky, representa la pulsión de ruptura artística con el orden anterior y es a la vez una anticipación de la ruptura real dentro de Europa que será la Gran Guerra.
El centro de la muestra ofrece el contexto de la fundación de la República de Weimar en la ciudad de Goethe y Schiller, y además se pueden contemplar imágenes, documentos y textos dispuestos cronológicamente, desde la Revolución de Noviembre de 1918 hasta el ascenso al poder de Hitler en 1933.
Esculturas de artistas como Käthe Kollwitz, Georg Kolbe, Marg Moll y Renée Sintenis, y un documental sobre la cultura del deporte y la salud aluden a la convivencia de los cuerpos rotos y mutilados después de la guerra con unos nuevos ideales de belleza y fortaleza.

Movimientos de masas como sujeto político
Weimar es también el primer ámbito en el que los movimientos de masas adquieren categoría de sujeto político y esa evolución se ilustra con las fotografías de individuos de August Sander y fragmentos de películas como ‘Metrópolis’, de Fritz Lang, o el film propagandístico nazi ‘El triunfo de la voluntad’, de Leni Riefenstahl.
Una galería de pinturas y fotografías de Jeanne Mammen, Sander o Marianne Breslauer refleja el cuestionamiento de los roles tradicionales de género, con una nueva mujer (‘neue frau’) emancipada, andrógina y activa social y políticamente, subraya el comisario.
Obras de Ernst Ludwig Kirchner y Gabriele Münter; Johannes Itten; Rudolf Schlichter, Vassili Kandinski, Oskar Schlemmer, Lyonel Feininger, El Lissitzky y Sándor Bortnyik; Raoul Hausmann y Kurt Schwitters se exhiben en la parte final del itinerario expositivo, en la que también se recoge la aportación fundamental de la Bauhaus en sus tres etapas diferenciadas (Weimar, Dessau y Berlín), con piezas de diseño industrial de Marcel Breuer, Marianne Brandt, Mies van der Rohe y Erich Dieckmann.
De Wagner a la Dixieland Jazz Band
En un espacio experiencial, el público puede escuchar diversas músicas de Weimar: Wagner, Kurt Weill, Spoliansky y The Original Dixieland Jazz Band.
Al igual que con las artes plásticas o la música, Weimar también supuso una ruptura en el ámbito de la ciencia con la teoría de la relatividad de Einstein, o en la filosofía con el existencialismo de Heidegger, enfrentado al proyecto humanista de Cassirer.
Seguidamente, la muestra recuerda las consecuencias del nombramiento de Hitler como canciller en mayo de 1933, con un documental sobre la quema de libros considerados antialemanes liderada por Goebbles, y el grabado de Goya ‘El sueño de la razón produce monstruos’, una obra de otro contexto histórico pero que sirve para interpretar el paso de la democracia al terror.
En la conclusión, la muestra interpela al visitante a que piense que «un siglo después aún resuenan algunas de las tensiones y transformaciones vividas entonces» y que «nuestro presente pone de manifiesto que tenemos un reto: aprender a vivir con la incertidumbre ya que, si bien genera oportunidades, también es fuente de desazón y angustia».