Cataluña ha vivido las primeras tres horas de apagón sumida en el caos, con los ciudadanos con problemas para desplazarse, al dejar de funcionar metro y trenes, y miles de evacuados al quedar atrapados en túneles, con la red móvil sin servicio en la calle, con comercios cerrados y las universidades con las clases canceladas.
Han quedado sin servicio todos los trenes (Metro, Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña, Rodalies, Media Distancia y alta velocidad), así como el tranvía de Barcelona, lo que ha obligado a evacuar a miles de s atrapados durante horas, incluidos algunos que han tenido que desplazarse con la ayuda de las luces de sus teléfonos por túneles hasta dar con una salida.
La incidencia ha movilizado a agentes de las unidades antidisturbios, que se han centrado en desalojar a los pasajeros que viajaban en comboyes que estaban parados.
Lo anterior ha provocado que los autobuses hayan estado a rebosar y que las calles se hayan llenado de ciudadanos recorriendo muchos kilómetros a pie: unos y otros han debido organizarse sin semáforos, que han fallado en muchos casos, en un contexto en el que el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha pedido minimizar la movilidad «a lo estrictamente necesario».
Los aeropuertos, por contra, no se han visto afectados gracias a los sistemas de contingencia, aunque el de Barcelona sí ha registrado algunas cancelaciones por problemas de otros aeropuertos.
El apagón sí que ha creado problemas a los turistas que debían desplazarse al aeropuerto de El Prat para regresar a sus países de origen, ya que se ha suspendido tanto el servicio tanto de tren como de metro, lo que ha provocado largas colas en el Aerobus que sale del centro de la ciudad.
De igual forma, las terminales del aeropuerto también concentran a numerosos turistas que intentan desplazarse hasta el centro de Barcelona.
A ello se han sumado grandes problemas en la red móvil, lo que ha dejado a muchas personas incomunicadas: muchos se han lanzado a los supermercados y a los bazares en busca de alimentos y de productos que perciben como imprescindibles ante una emergencia como pilas, linternas, baterías portátiles o transistores.
Al tiempo, pequeños y medianos comercios de Barcelona, incluidas franquicias de moda y hostelería, han echado en gran medida el cierre y enviado a su personal a casa ante la persistencia del apagón, mientras que las grandes superficies que funcionan con generador seguían abiertos con aparente normalidad.
Es el caso del centro comercial Glòries, han bajado la persiana tiendas como Zara, Uniqlo o H&M.
En muchos comercios ya es complicado pagar con tarjeta, ya que los datáfonos han dejado de funcionar, y solo aceptan pagos en efectivo.
Los hospitales recurren a generadores
Los generadores que tienen los hospitales han permitido mantener la actividad, pero al alargarse los problemas de suministro más de lo previsto, algunos centros han empezado a suspender actividad no urgente, como las visitas de consultas externas, mientras que las escuelas funcionan en su horario normal.
Las universidades catalanas también han suspendido sus actividades como consecuencia del apagón eléctrico que ha afectado a toda la península Ibérica, mientras que los colegios han mantenido su actividad.
Parón de los reactores nucleares y de las plantas de coches
Tras el apagón eléctrico generalizado, los reactores de las centrales nucleares que estaban en funcionamiento (en el caso de Cataluña, Ascó I y II, Vandellós II) han parado automáticamente y sus generadores diésel de salvaguardias han arrancado y han mantenido las centrales en condición segura.
Asimismo, la planta de Seat en Martorell (Barcelona) y la de Ebro en la Zona Franca de Barcelona se han visto obligadas a parar la producción como consecuencia del apagón eléctrico, según ha explicado a EFE fuentes sindicales.
En cambio, farmacéuticas como Grifols o Boehringer, con plantas en Cataluña, han asegurado que han recurrido a grupos electrógenos y generadores para evitar tener que parar producción.

La Generalitat apela a la tranquilidad y a evitar la movilidad
Por su parte, la Generalitat ha pedido calma a los ciudadanos ante el apagón eléctrico en toda la península y que se evite la movilidad que no sea imprescindible y ha garantizado que los niños seguirán en las escuelas hasta que sus familiares les puedan ir a recoger.
Así lo ha afirmado la consellera de Interior, Núria Parlon, en una comparecencia, sin preguntas, en el Palau de la Generalitat, tras la reunión matutina del comité de crisis, encabezado por el presidente catalán, Salvador Illa, para afrontar el apagón eléctrico y activar los planes y protocolos necesarios en Cataluña para garantizar la seguridad ciudadana y el funcionamiento de los servicios básicos.
Precisamente el colapso de movilidad en Barcelona por el apagón eléctrico, con metros y trenes cerrados y semáforos sin funcionar, ha colapsado los s a la capital catalana y las carreteras del área metropolitana, donde desde el mediodía se han acumulado retenciones kilométricas.
El apagón ha dejado sin servicio desde las 12.30 horas la red de metro, tren, ferrocarril y tranvía que comunica Barcelona y el área metropolitana, con lo que los ciudadanos no han tenido más alternativa que desplazarse a pie, en ocasiones en trayectos kilométricos, o en vehículo privado.