La Comunidad de Madrid cuenta con un mapa muy dulce compuesto por recetas que se han convertido en santo y seña de cada pueblo, como las palmeritas de Morata de Tajuña, los aguamaniles de Alcorcón o, la incorporación más reciente, la flecha de San Sebastián de San Sebastián de los Reyes. EFE/ Borja Sánchez-Trillo

Madrid reivindica su dulzura: desde las palmeritas de Morata a la Corona de la Almudena

Pilar Martín |

Madrid (EFE).- La Comunidad de Madrid cuenta con un mapa muy dulce compuesto por recetas que se han convertido en santo y seña de cada pueblo, como las palmeritas de Morata de Tajuña, los aguamaniles de Alcorcón o, la incorporación más reciente, la flecha de San Sebastián de San Sebastián de los Reyes.

Una flecha de hojaldre con un interior de dulce de leche y crema pastelera, así es la elaboración que este martes se ha erigido como el dulce típico de esta localidad que tiene como patrón a San Sebastián Mártir, cuyo objeto de muerte se ha convertido en una tentación golosa.

Pedro Blanco, pastelero vallecano creador de la «Corona de la Almudena»

Pero la región de Madrid en esto de tener dulces típicos es un referente nacional que se ha atrevido a mirar cara a cara al mismísimo ‘Roscón de Reyes’ gracias a su ‘Corona de la Almudena’, dulce creado por el pastelero vallecano Pedro Blanco, del que los madrileños, en 2024, consumieron 400.000 unidades, según datos de Asempas, la asociación de pasteleros de Madrid.

Y es la ciudad de Madrid la que saca pecho también con otros postres dulces, como las rosquilla de San Isidro, los barquillos o la «Banderita madrileña», el «pastel autonómico» creado también hace más de tres décadas por Blanco, el encargado de revolucionar en los años 80 los pilares de la confitería madrileña desde su obrador de Vallecas.

Vista de rosquillas tontas y listas de San Isidro en una pastelería de Madrid. EFE/ Lucía Goñi

En esta ruta dulce, por derecho propio hay que viajar hasta Morata de Tajuña, porque este pueblo se ha convertido en un ir y venir de personas que hacen largas colas para comprar en los siete obradores artesanales que sacan de sus hornos las palmeritas, delicias de hojaldre cubiertas de una gruesa capa chocolate de una gran variedad de sabores.

Circulamos por la A3 desde Morata para llegar hasta Alcalá de Henares, junto a la A2, donde nos esperan la ‘crostada’ y las ‘rosquillas’. La primera es un delicado hojaldre que entre sus capas lleva crema pastelera, merengue y almendra picada y gratinada. La ciudad de Miguel de Cervantes presume también de tener su propia rosquilla, la que va cubierta de yema.

Bizcocho, hojaldre, crema pastelera… ingredientes para todos los gustos

Nos dirigimos hasta Alcorcón para probar sus ‘Aguamaniles’, un pastelillo hecho con una base de bizcocho de claras de huevo, azúcar glasé, harina de almendras, harina floja y mantequilla. Hay tres variedades, dependiendo del relleno: crema pastelera, crema de pistacho y crema de chocolate.

Ahora es la A-6 la autovía por la que vamos a circular para llegar hasta Guadarrama, que cuenta con sus ‘Francisquitos’, bocados también de hojaldre con crema pastelera, nata montada, chocolates blanco y negro con la que homenajean al patrón de la localidad.

A algo más de una hora en coche tenemos Chinchón, donde el anís predomina en su repostería, que cuenta con nombres más que curiosos, como el de las tetas de novicia, unas pastas que hechas con una base de galleta, un relleno de almendra y merengue.

«Pelotas de fraile», una receta del siglo XVI

Por su parte, en Colmenar de Oreja hay que probar las «Pelotas de fraile». Se trata de una receta que data del siglo XVI y que, según cuenta la leyenda, nació en el obrador del convento de unos frailes, que hacían bollos con forma de bolas para las fiestas.

Torrijas, postre estrella en Semana Santa y famosas en San Lorenzo de El Escorial. EFE/Fernando Alvarado

El mapa gastronómico se completa con otros ejemplos de que la cocina dulce es un motivo más que interesante para visitar territorios. Por eso, la Comunidad de Madrid nos propone otras creaciones como el ‘ombligo» de Pinto, hecho con zanahoria, mantequilla, nuez moscada, aceite y mucho cacao; o los ‘retorcidos’ de San Martín de Valdeiglesias, que se elabora con harina, aceite del municipio, vinos de la zona, anises y azúcar.

Continúa el repaso con las torrijas de San Lorenzo del Escorial, los ‘feos’ de Valdemoro, o los pestiños de Collado Mediano.

Y esta es solo una pequeña selección de los más de 70 dulces típicos que hay en la región.