València (EFE).- Tanto el fiscal como la acusación particular han pedido este martes, en el juicio que ha comenzado en la Audiencia Provincial de Valencia, que se condene a prisión permanente revisable al padre acusado de asesinar a su hijo de 11 años «para causar dolor a la madre» en Sueca en abril de 2022.
La acusación particular reclama, además, que el acusado tenga prohibido acudir o residir en Cullera -donde reside la madre- o comunicarse con su exmujer durante 35 años, y que la indemnice con medio millón de euros.

La acusación particular sostiene que durante el matrimonio el acusado sometió a su esposa a «una situación de constante control, limitando sus relaciones con amigos y familiares» y con constantes insultos y agresiones.
La madre cayo así en una «profunda soledad social», hacía «todo lo que él quería para no discutir, incluso salía de casa con su hijo a pasear tras una discusión, pero a partir de la pandemia las cosas fueron empeorando».
La mujer -siempre según la acusación particular- sufrió varias agresiones, e incluso una amenaza con arma blanca, desde que en febrero de 2021 dijo a su marido que quería divorciarse. En marzo ella decidió irse con su hijo a casa de sus padres, en Cullera.
En agosto el procesado se presentó en casa de sus suegros en estado de embriaguez para pedirle a su mujer que le entregara al niño, pero se negó y avisó a la Guardia Civil. Esta visita se repitió otras veces hasta que la mujer denunció.

El padre pidió a la madre comer con el niño, que cumplía años
El 11 de agosto de 2021 un juzgado de Sueca impuso al acusado, entre otras penas, la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de su mujer, su domicilio y cualquier lugar frecuentado por ella, así como de comunicarse con ella durante ocho meses.
Estando vigente la pena de alejamiento, el acusado llamó en reiteradas ocasiones a su expareja, e incluso acudió al colegio de su hijo, ha dicho la abogada de la madre en su informe inicial.
El divorcio definitivo se produjo el 22 de septiembre por mutuo acuerdo del matrimonio, que fijó la custodia compartida del hijo.
El menor asesinado cumplió 11 años el 1 de abril de 2022 y el padre pidió a la madre comer con su hijo el domingo 3 de abril.
Una vez los dos solos en la casa del acusado, y por motivos no aclarados, el padre cogió dos cuchillos de la cocina y amenazó al menor, que envió un mensaje a su madre para que fuese a recogerle.
La madre le llamó de inmediato, pero el padre ya había empezado a apuñalarle y «solo pudo escuchar un grito de ‘mamaaaaá'», detalla el escrito de la acusación particular que explica cómo el procesado asesinó a su hijo.

Muerte «exageradamente cruel» por más de veinte puñaladas
El menor recibió más de veinte puñaladas, la mayoría en la región anterior del cuello, pero también en la mandíbula, clavícula y tórax, que lesionaron paquetes vasculares vitales y causaron una muerte «exageradamente cruel» por desangramiento.
Desde entonces la madre presenta un trastorno adaptativo derivado de una reacción depresiva reactiva a la muerte de su único hijo y está en tratamiento por un cuadro ansioso depresivo.
El juicio, por el procedimiento del jurado, se ha retomado este martes tras haberse suspendido el pasado 18 de diciembre ante la falta de conformidad entre las partes y para evitar que la deliberación coincidiese con los festivos de Navidad.