Madrid (EFE).- La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha desplegado 87 efectivos y 38 medios para colaborar en las labores de extinción del incendio en dos edificios de catorce plantas de Valencia que este jueves provocó al menos cuatro muertos.
Entre dichos medios se encuentra el dron ‘Marice 300’ que ha realizado vuelos en el exterior para buscar posibles víctimas, informan fuentes del Ministerio de Defensa.
Esta mañana se seguía buscando a catorce personas que estaban desaparecidas.
Solidaridad de Margarita Robles
«Estoy consternada con todo lo que está ocurriendo y toda mi solidaridad y cariño a los ciudadanos de Valencia», ha dicho la ministra de Defensa, Margarita Robles en Radio Nacional de España, además de destacar «el gran trabajo que están haciendo los bomberos y la UME, que inmediatamente que fue requerida al lugar ha llevado sus equipos».
Y ha adelantado que «los efectivos de la UME se quedarán el tiempo que sea necesario». Al lugar se han desplazado efectivos de la UME de Valencia y de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Los bomberos se vieron «desbordados» en el incendio
Por su parte, los bomberos que participaron en los rescates y la extinción del fuego del incendio se vieron «desbordados» por un fuego cuyo desarrollo fue «muy rápido» y «no ha sido normal».
Así lo ha señalado el cabo de bomberos y delegado del Sindicato Profesional de Bomberos y Policía en València, Faustino Yanguas, que ha dicho que el viento y «el tipo de construcción» (si se confirma que había poliuretano) favorecieron la rápida propagación del fuego y dificultaron su extinción.
«No entra dentro de la normalidad»
Ha explicado que el desarrollo del incendio fue «muy rápido. Cogió a los compañeros en las escaleras e intentaron acceder a los pisos de arriba, que es donde estaban pidiendo ayuda, pero es imposible por la temperatura que hay en la escalera y por el viento».
Yanguas ha confirmado que «alguna vez» se han «enfrentado a un incendio con viento pero no de las características del desarrollo que ha tenido este edificio; no entra dentro de la normalidad».
Habla un ingeniero
Por su parte, Toni Hospitaler, profesor de ingeniería de la construcción de la Universitat Politècnica de València, asegura que con la normativa vigente hoy en día no podría darse un incendio como el ocurrido en el barrio valenciano de Campanar, y aboga por revisar los edificios construidos con anterioridad.
En declaraciones a EFE, Hospitaler explica que la gravedad de este incendio viene dado por varias cuestiones: una fachada de tipo ventilado que crea un efecto chimenea, el uso de materiales combustibles en la construcción y el viento fuerte de poniente (cálido) que soplaba este jueves en València.
Asegura que el incendio de la Torre Grenfell en Londres, en 2017, fue un punto de inflexión, y a partir de ahí la normativa de construcción fue cambiando en toda Europa para evitar este tipo de siniestros.
En España lo hizo en 2019 con un Código técnico de la edificación, que recoge un documento de seguridad contra incendios, en el que, entre otras cosas, hace referencia a los materiales de fachada para evitar este efecto.
En este sentido, señala que solo se permiten materiales no combustibles o muy poco combustibles y que no goteen, y en caso de utilizarse, «cada tres plantas se colocan unas barreras para evitar que el incendio se propague».
Los arquitectos hablan sobre la fachada ventilada
La fachada ventilada que se ponía en la época en que fue construido el complejo incendiado en València ha hecho «efecto chimenea y ha ayudado a propagar el fuego».
Así lo ha explicado a EFE el presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia (COAV), Luis Sendra, que ha indicado que fue construido por la promotora Fbex, que quebró posteriormente, entre 2005 y 2007 y que «es un edificio aparentemente bien hecho».
La inmobiliaria que construyó los edificios se liquidó en 2022
La inmobiliaria Fbex, responsable de la construcción de los edificos incendiado se liquidó en 2022, poniendo fin a más de un siglo de expansión que se truncó con el estallido de la burbuja inmobiliaria, a mediados de este siglo.
Fundada en Barcelona en 1918, la promotora, que operaba sobre todo en Cataluña, Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana, llegó a tener más de 220 empleados y a facturar por encima de los 170 millones de euros anuales en 2007.
