La escritora valenciana María Villamayor en una entrevista con EFE. EFE/Ana Escobar

María Villamayor finaliza la saga ‘Las doce llaves’ con una novela «de acción sin respiro»

Fin de la saga literaria

Mónica Collado | València (EFE).- La escritora valenciana María Villamayor pone fin a la saga de «Las doce llaves» con la tercera novela, «Lienzo de sangre», editada por Planeta y recién salida a la venta, y que ofrece una trepidante trama de «acción sin respiro» en torno al arte, la corrupción y el poder.

Con los mismos protagonistas que en «Las doce llaves» (2012) y «Huellas de plomo» (2020, ambas editadas por Samaruc), las hermanas Ferrer, el resto de personajes y València , y con la venganza como telón de fondo, la nueva novela pretende que los lectores «sigan disfrutando y conozcan mejor la ciudad».

Así lo cuenta a EFE María Villamayor (València, 1963) en una entrevista con motivo del lanzamiento de la obra con la que, cuenta, «cierra la saga de momento» y deja «aparcadas a las hermanas Ferrer» para centrarse «en una obra diferente», con una trama «ya perfilada» y personajes en proceso en la que cambiará de género y, «aunque tenga que investigar», que no será histórica como las anteriores.

«Era el momento de poner fin a la saga pero el destino es caprichoso y nunca sabes qué pasará. Los lectores dirán si hay una cuarta novela de la saga», añade, a la par que sostiene que en ‘Lienzo de sangre’ repiten los personajes principales aunque «hay nuevos y aparecen otros lugares de València como el Mercado de Colón, el Palau de la Generalitat, la iglesia del Patriarca, el Club Náutico o el Hotel Balnerario Las Arenas.

La escritora valenciana María Villamayor, en una entrevista con EFE. EFE/Ana Escobar

Cambio de editorial

Sus anteriores novelas están editadas por Samaruc y ahora, la saga se la ha quedado Planeta, que está a punto de lanzar la edición de bolsillo de ‘Las doce llaves’, que ya va por su decimoctava edición, y hará lo mismo con ‘Huellas de plomo’.

‘Lienzo de sangre’ ya la tenía avanzada cuando Planeta le ó y en ella ha tenido que seguir documentándose e investigando, lo que le supone «un trabajo extra» porque no es historiadora.

«Si continuamos la saga de ‘Las doce llaves’ había que investigar y la esencia principal es que nos muestre la ciudad y parte de su historia y que los personajes nos hagan de guía», comenta y añade que al principio y al final del libro, de 580 páginas, hay un plano con los lugares de València que salen en la obra.

Ver València con otros ojos

‘Huellas de plomo’ es muy diferente en cuanto al argumento -se «arriesgó» al introducir maldiciones- pero ‘Lienzo de sangre’ «recuerda a ‘Las doce llaves’ aunque se mueve en el mundo del arte y el poder, la ambición y la corrupción; hay persecuciones y asesinatos; es una acción sin respiro», define.

Los capítulos «son muy cortos par dejarte con la miel en los labios de lo que está por venir» y el «malo» de la historia sigue siendo el archienemigo de las hermanas Ferrer, el «multimillonario, coleccionista de arte y corrupto» Augusto Fonfría, responsable de la muerte de sus padres y que «es muy importante» en esta novela, en la que ellas siguen en busca de venganza.

Tramas de venganza y arte

«Hay dos tramas entrelazadas, una es la de la venganza y otra la de las intrigas entorno al mundo del arte», detalla mientras confiesa que le «encanta» que le digan que a raíz de leer sus novelas ven València «con otros ojos».

«Quiero que la gente siga disfrutando y conociendo mejor València», afirma Villamayor, que reconoce que su primera obra de la saga dejó «el listón muy alto» y con la siguiente y esta tercera cree que lo ha igualado, y asegura que aunque recuerde a ‘Las doce llaves’, «no tiene nada que ver» y ella tiene «más experiencia».

La escritora valenciana María Villamayor pone fin a la saga de "Las doce llaves" con la tercera novela, "Lienzo de sangre", de la que habla en una entrevista con EFE. EFE/Ana Escobar

De una óptica a vivir de la literatura

Con todo ya planificado para la firma de ejemplares en la Feria del Libro de València, la autora de ‘Años Muertos’ (Samaruc, 2016), la novela con la que se evadió de tanta investigación en el inicio de su saga, recuerda que hasta hace unos años aún trabajaba en una óptica, pues compaginó ese trabajo con la escritura de ‘Las doce llaves’.

Debutó en la literatura con el ‘Embrujo de la Alhambra’ (Samaruc, 2006) gracias al «empujón para publicar» que le dio su marido, Joaquín, con quien comparte su pasión por la escritura porque él escribe poesía y en la que usa las anécdotas que le contaba su abuela de sus veranos de niñez en un pequeño pueblo de Ciudad Real.

Dejó la óptica tras esas dos primeras novelas y mientras escribía ‘Años Muertos’, y entonces no se podía imaginar que, tras cuatro nietos y ya en su quinta novela, «podría empezar a vivir de la literatura»