MADRID, 27/11/2024.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aplaude la intervención del portavoz del PSOE en el pleno del congreso ante el que Sánchez ha comparecido este miércoles para informar de la gestión de la dana. EFE/ Borja Sanchez-Trillo

Morfología de la culpa

Antonio del Rey

MADRID, 27/11/2024.- El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, recibe los aplausos de su grupo tras su intervención en el Congreso, donde ha comparecido del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el pleno para informar de la gestión de la dana. EFE/Borja Sanchez-Trillo

Madrid, (EFE).- Casi un mes después de la catástrofe de la dana, la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso ha revelado que, más allá de cronogramas, competencias, el barranco del Poyo, la UME y la enorme dimensión del desastre, la culpa siempre es una serpiente escurridiza que nadie quiere para sí.

Sánchez señala a Mazón

Sánchez, que se mostró muy cauto en los primeros momentos de la tragedia a la hora de señalar culpables, hoy ya ha manifestado sin tapujos que el «principal responsable» es el president de la Generalitat, Carlos Mazón, y por ello ha pedido al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que pida su destitución.

Al revés, Feijóo solo ve responsabilidades en el Ejecutivo y los órganos que de él dependen, y -como le ha recordado desde la tribuna el socialista Patxi López- no ha citado a Mazón en ningún momento de la exposición en la que ha contestado a un presidente que ha llevado al hemiciclo el anuncio de un tercer paquete de ayudas a los afectados.

Porque más allá de los 16.600 millones de euros movilizados por el Ejecutivo con esa nueva entrega que mañana aprobará el Consejo de Ministros, está la factura política de la que nadie quiere hacerse cargo y por la que el debate de este miércoles en el pleno del Congreso ha vuelto a enfrentar, sin aparente solución, a Pedro Sánchez con una oposición que él siempre resume en el bifronte PP-Vox.

Pide que «no paguen justos por pecadores»

Tras defender a capa y espada la actuación del Gobierno, dejando claro que los «culpables» no pueden buscarse entre los servidores públicos, Sánchez ha pedido que no paguen «justos por pecadores» y ha aseverado que quien falló no fue ni el sistema ni el estado autonómico, sino «algunas personas».

Todo ello en tono serio pero no crispado, al que ha seguido un Feijóo que le ha puesto en la picota sin contemplaciones. Porque para el líder del PP, Sánchez es el culpable y además pagará por ello.

«La gente no le va a perdonar que no ejerciese sus competencias, no le va a perdonar su abandono», ha sentenciado, teniendo él muy claro que tenía que haber declarado la situación de emergencia nacional y sugerir que si él hubiera estado en La Moncloa todo hubiera ido mejor.

Arropado por los aplausos insistentes de su grupo parlamentario, Feijóo, muy vehemente, ha censurado la falta de autocrítica del presidente, su «falta de humanidad» y su «soberbia» para finalmente rogarle que se marche con un «déjelo ya».

Pedro Sánchez ha respondido como si fueran uno a Feijóo y al líder de Vox, Santiago Abascal, que también ha empleado palabras gruesas contra él, acusándole de «crueldad» o «sadismo» y ha aludido a la «red de macrocorrupción» que según él dirige el presidente. Por supuesto, para Abascal, Pedro Sánchez «es el responsable único de esta tragedia».

En su larga respuesta, el jefe del Ejecutivo ha incluido a Feijóo en el club de los negacionistas del cambio climático y le ha hecho ver la contradicción que supone no reprobar a Mazón y al tiempo decir que el Gobierno tenía que haber asumido el mando: «¿En qué quedamos?»

También le ha vinculado a la difusión de bulos y a las campañas de desinformación, una actitud «peligrosa», ha advertido, como el «peligro» que él detecta en Feijóo y Abascal juntos. Para visualizarlo, ha confesado que si la dana hubiera sucedido con un Gobierno del PP y Vox en Moncloa él se habría echado «a temblar».

Así que ha instado a Feijóo a invitar a Mazón a dimitir, habida cuenta de que una moción de censura auspiciada por los socialistas valencianos no saldría adelante y ha resumido con tres palabras la receta del PP ante las emergencias: inoperancia, mentiras y soberbia.

Para Abascal ha guardado una perla de caza mayor, porque le ha quitado todo el reconocimiento para ser «patriota» para llamarle, sin ambages, traidor. «Usted es un traidor a la patria», ha proclamado.

Hasta Feijóo ha defendido al líder de Vox en su dúplica calificando de «broma macabra» lo dicho por Sánchez, al que ha recordado que es presidente gracias a los «seis votos de Bildu».

Ha habido más cruces dialécticos y más versiones sobre la culpa en la sesión de hoy. Verónica Martínez, nueva portavoz de Sumar, se ha estrenado en la tribuna enfatizando, sobre el cambio climático, que «el negacionismo mata», sin olvidarse de responsabilizar a Mazón.

Gabriel Rufián (ERC) ha hecho bandera de la lucha contra los bulos y ha cruzado pullas con Miriam Nogueras (JxCAT) por otras guerras.

Pero los dos han apuntado también a Mazón, al igual que Ione Belarra (Podemos), que ha lamentado que las «empresas del menú de la corrupción del PP» hayan sido contratadas por la Generalitat Valenciana para la reconstrucción. Para Mertxe Aizpurua (EH Bildu), «una cosa son los errores y otra la absoluta incompetencia que hemos visto en Valencia».

Pese a todo, Patxi López, en palabras acogidas con entusiastas aplausos por los suyos, ha reivindicado «la buena política, la que busca soluciones y no culpables» y el propio presidente ha asumido después esta misma reflexión: «La política no tiene la culpa».