Carlos Bazarra |
València (EFE).- Las Fallas de 2025 que terminan este miércoles ofrecen las siguientes claves:
1.- El recuerdo de la dana
Era imposible que el impacto emocional y material de la dana del 29 de octubre, que dejó 225 muertos, 3 desaparecidos y miles de damnificados en la provincia, no protagonizara las Fallas de este año. Lo ha hecho en forma de ninots, ensalzando el voluntariado y la superación colectiva y satirizando a los políticos que gestionaron la emergencia, y en guiños solidarios en las mascletaes o el manto florido de la Virgen en la Ofrenda.
Si las de 2021 y 2022 tuvieron a la pandemia como protagonista y las de 2024 se volcaron con Campanar tras el incendio que dejó diez muertos y cientos de personas sin hogar, la alcaldesa, María José Catalá, ha descrito las Fallas de 2025 como «sanadoras», porque aunque no puede decir que se haya recuperado la normalidad tras la dana, sí cree que los valencianos se han «curado un poco de las heridas, con cicatrices», pero salen de ellas «un poco más curados».
Algunos municipios asolados por la dana que tradicionalmente las celebran han podido hacer algo parecido a sus Fallas, pero otros directamente ni lo han intentado, dado el coste material que suponen y que tampoco estaban los ánimos para mucha fiesta.

2.- El mal tiempo
Ha hecho frío, ha llovido y apenas se ha atisbado un rayo de primavera en este marzo fallero. En concreto, solo ha habido 12,2 horas de sol en la ciudad. Han sido las terceras Fallas con menos insolación de la historia, tras las de 1953 y las de 2022.
Según la Agencia Estatal de Meteorología, València registró este martes 31,2 l/m2 de lluvia, lo que convierte a la jornada en el día de Fallas (del 15 al 19 de marzo) con más precipitación acumulada desde que se tienen registros, pero es que además la semana grande ha sido «muy fría» y es ya la tercera más gélida del siglo, con una temperatura media 2,7 grados inferior al promedio 1938-2024.
El famoso «tiempo de fallas», ese que invita al paseo mediterráneo y desempolva la manga corta, no ha cuajado este 2025.
Además, la alerta meteorológica obligó a cancelar tres mascletaes (del 4 al 6) y la lluvia suspendió dos corridas de toros (las del 14 y el 18), aparte de dañar remates y ninots en varios monumentos y ofrecer una imagen inusual en la Ofrenda, dominada el martes por los paraguas y los plásticos para proteger la indumentaria tradicional valenciana.

3.- Un balcón del Ayuntamiento diferente a otros años
El balcón del Ayuntamiento, tradicionalmente la mejor atalaya para presenciar la mascletà diaria de las dos de la tarde y donde cada año hay ‘peleas’ entre la clase política por hacerse un hueco y dejarse ver ante las decenas de miles de personas que abarrotan la plaza para el espectáculo pirotécnico, ha ofrecido este 2025 un aspecto diferente, con más ausencias de lo habitual.
Dos ministros -Diana Morant y Ernest Urtasun-, la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Susana Camarero, y varios consellers del Ejecutivo que preside Carlos Mazón, así como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, son algunos de los cargos públicos que han acudido este año al balcón.
Entre las ausencias, la oposición valenciana ha destacado la de Mazón por no tener, dicen, que soportar las críticas que recibiría desde la plaza por su gestión de la dana. La socialista Diana Morant lo ha resumido así este miércoles: es una «anomalía democrática» que el president «no pueda ni estar en la calle porque el pueblo no lo soporta».
Carlos Mazón ha acudido finalmente esta noche al Ayuntamiento para presenciar, desde el balcón consistorial, la Cremà de la falla municipal grande, en compañía de varios de su Consell.

4.- Un fin de semana espectacular pero con claroscuros
El fin de semana del 15 y 16, que este año coincidía con la Plantà de los monumentos, cumplió los pronósticos y, gracias también a los únicos momentos de buen tiempo, fue tan masivo y masificado como se esperaba, con una marea inabarcable de gente que abarrotó el centro e incluso colapsó calles y s en momentos críticos, como la mascletà.
A los problemas habituales de movilidad en Fallas -muchas calles cortadas y atascos en zonas circundantes- se añadió este año el derivado por las huelgas que había en el metro y el taxi, compensado en parte por el servicio 24 horas en los autobuses de la EMT.
A falta de balances gremiales definitivos, se espera que el impacto económico no sea este año tan espléndido como el de 2024, cuando el turismo y la hostelería tuvieron todo a su favor para lograr una edición histórica y de récords.

5.- La pirotecnia no festiva
Aparte de anunciar «mano dura contra el incívico», la alcaldesa ya lo advirtió en 2024: en medio del estruendo masivo que domina la ciudad en marzo -al margen de las mascletaes festivas y regladas- con petardos, cohetes y otro sinfín de artefactos explosivos que se disparan sin horario ni control, sobresalen últimamente unas explosiones que no son las conocidas hasta ahora.
Se sabe que hay pirotecnia ilegal, en ocasiones traída por turistas o visitantes extranjeros, pero además de estrecharse el cerco policial sobre ella ahora se pretende buscar por qué se está usando material ‘legal’ en zonas de paso o al menos no acotadas para la enorme potencia que tienen.
Y mascotas y animales de compañía, que este año volvían a tener dos franjas horarias de ‘tregua’ pirotécnica al día, han vuelto a sufrir -al igual que muchos de sus dueños- la explosiva e inacabable banda sonora de unas fiestas Patrimonio de la Humanidad que han vuelto a dejar numerosos botellones y un constante olor a orín y suciedad junto a carpas falleras, verbenas y discomóviles que poblaban muchas de las calles cortadas por toda la ciudad.