València (EFE).- El Museo de Bellas Artes de València (MuBAV) presenta la exposición ‘Antonio Muñoz Degraín. El paisaje de los sueños’ que busca contribuir a recordar la aportación del pintor valenciano a las bellas artes entre finales del XIX y principios del XX como precursor de la modernidad artística.
El director del museo, Pablo González Tornel, acompañado por la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Tébar, y la profesora de la Universitat de València Ester Alba, cocomisaria de la exposición, ha afirmado que la muestra tiene el objetivo de «reconocer la figura de un artista mal conocido y que fue rechazado por la forma en la que se separó de lo marcado en su tiempo».
La exposición celebra el primer centenario de la muerte del pintor valenciano, ocurrida el 12 de octubre de 1924, y reúne obras de importantes instituciones nacionales que aportan una visión global del conjunto de su producción y las temáticas imperantes en el momento, según Tébar.

Precursor de la modernidad artística en España
Muñoz Degraín está considerado como uno de los creadores más singulares y originales de su tiempo, conectado con los planteamientos estéticos más innovadores, y precursor de la modernidad artística en España.
González Tornel ha señalado que esta muestra “pretende resituar a Antonio Muñoz Degraín dentro de la pintura española de entresiglos”, ya que el artista, “muchas veces tratado como una rareza dentro de la escuela valenciana», fue el mayor representante del modernismo y el simbolismo en el paisajismo español.
Según ha explicado, Muñoz se caracterizaba por la búsqueda constante de nuevas técnicas que reflejaban a un pintor «de gran inquietud, interesado constantemente por la exploración y la experimentación».
El Museo tiene la mayor reserva pictórica de Degrain
El propio Muñoz donó en 1913 más de medio centenar de obras al Museo de Bellas Artes, lo que convierte al museo en la mayor reserva pictórica del valenciano.
La co-comisaria Ester Alba ha manifestado que la muestra hace dialogar obras procedentes de diversas instituciones para dar el salto de considerar a Muñoz Degraín no solo como pintor de paisaje naturalista que hace un uso de la luz y el color diferenciador al luminismo de Sorolla, sino para mostrar su faceta onírica, literaria, espiritual, nocturnal y operística.
La muestra podrá visitarse hasta el próximo 13 de octubre y presenta un conjunto de 52 obras procedentes de tres instituciones que han colaborado: el Museo de Málaga, que ha cedido doce pinturas de su colección; la Biblioteca Nacional de España, con el préstamo de seis de los veinte lienzos sobre el Quijote donados a la institución en 1920 por Muñoz Degraín para decorar la recién creada Sala Cervantes; y el Museo Nacional del Prado, que ha prestado cuatro pinturas.
A ellas se une el Museo de Bellas Artes de València, del que procede el grueso de la exposición, con treinta obras de su colección pictórica.
La exposición está dividida en seis secciones: ‘La imagen del pintor’, ‘ Realidad en historia’, ‘Fantasías literarias’, ‘Oriente como faro, ‘El paisaje de lo sublime’ y ‘Atmósfera y nocturnidad’.
Para los organizadores de la exposición, Antonio Muñoz Degraín, en su búsqueda constante de nuevas y originales formulaciones estéticas, fue más allá y su experimentación con la luz, con su ausencia o su matiz lunar, muestra el interés por aplicar a la pintura de paisaje el estudio de los fenómenos atmosféricos, en los que los reflejos del agua, la lluvia, la niebla o los cielos nublados adquieren una alta expresividad.