Por Jorge Gil Ángel |
Bogotá (EFE).- El exministro colombiano Alejandro Gaviria y el escritor Ricardo Silva Romero unieron sus plumas en ‘El arte de no enloquecer’, un relato epistolar que es, como dicen en una entrevista con EFE, «de este tiempo, del tiempo de WhatsApp, del tiempo del mail», y que resultó siendo «una terapia» para ambos.
«Es un modo epistolar muy particular porque es muy de este tiempo, del tiempo de WhatsApp, del tiempo del mail. Nos propusimos a escribir por relevos el libro, entonces a diferencia de los libros epistolares que dependían de qué tanto tardaba en llegar una carta (…) uno recibía el texto del otro y era muy emocionante recibirlo, era una sorpresa, era muy inesperado lo que decía el otro, lo sacaba a uno de lo que uno venía pensando», afirma Silva.
La obra, publicada por Penguin Random House, es una conversación entre los dos autores que reflexionan sobre su vida a través de sus experiencias; recomendaciones de libros, música y películas, y su visión del mundo, un diálogo que les permitió mostrarle a sus lectores aspectos más personales e íntimos que no conocían.

Una «terapia» para los autores
«Fue una terapia. Yo creo que no hay por qué buscar otra manera de decirlo. Fue una manera de digerir un montón de cosas que uno no comprendía del todo. Hay una cantidad de recuerdos con los que uno no contaba tampoco, que salen ahí de pronto», asegura Silva, autor de ‘Río Muerto’ e ‘Historia oficial del amor’, entre otros.
«Fue como desnudarse», confiesa Gaviria, quien fue ministro de Salud (2012-2018) y Educación (2022-2023), y agrega que la experiencia de escribir este libro con un amigo con quien confía «fue como desnudarse» porque en esas conversaciones pudo contar aspectos de su vida íntima, «miedos, frustraciones, fue natural».
«Yo conté cosas aquí que no le había contado a nadie, ni siquiera a mi esposa. Al final hay una parte donde yo cuento momentos de mi vida donde las opiniones que tenían los otros diferían mucho de las mías. La conversación nos fue llevando a eso, a ciertos recuerdos. En este libro hay algo de confesiones», revela el exministro, que también fue rector de la Universidad de los Andes.
El proceso, en ese sentido, terminó siendo de «autodescubrimiento» porque, según Gaviria, no solo «iba a contar lo que ya» sabían el uno del otro.
«Nos permitió descubrir también facetas de nuestra personalidad, nuestra forma de habitar el mundo, que por lo menos no eran plenamente conscientes, que estaban ahí y no se habían verbalizado», expresa el exministro.
La «defensa del tiempo propio»
Para Silva, la oportunidad de escribir este libro con Gaviria fue «una defensa del tiempo propio, del derecho a no creer que todo lo que está en las noticias es la realidad, por ejemplo».
«Es algo que Alejandro ha defendido hace rato y tiene hasta un discurso provocador cuando hacía discursos (como rector universitario a sus alumnos) de no vean las noticias (…) No nos podemos dejar dictar la agenda, como se dice en política, por todo lo que nos llueve, por ejemplo, en las redes y esto es una defensa de pensar el tiempo de uno, de valerse de los recuerdos de uno y las lecturas de uno», explica.

El exministro, por su parte, cuenta que nunca vieron como una obligación tener que responderse a diario los mensajes, pues encontró allí un «refugio» que esperaba cada día.
«Para mí siempre fue un refugio, un momento del día en el que esperaba que llegara el texto de Ricardo por correo electrónico. Yo lo leía, dejaba pasar media hora o 45 minutos y empezaba a pensarlo», explica.
Una conversación «auténtica»
Gaviria agrega: «Por primera vez en la vida no hacía una estructura (…) Ricardo dijo: ‘Uno, dos, tres, voy a responder’ Yo me dejaba llevar, o sea, me quité esa camisa de fuerza. Pero era eso, era salirse del día a día. Las redes sociales estaban ahí, como ese ruido y esto estaba como el refugio, un mundo distinto».
El libro, aclaran ambos, «no tiene una fórmula para el arte de no enloquecer», pero destacan que «en la forma y en el fondo está la conversación», algo que también se refleja en el podcast ‘Tercera vuelta’, que publican juntos desde junio de 2022 y los llevó a aventurarse con este libro escrito a cuatro manos.