Los españoles Lluís Balash (i), Jesús Prieto (c), y Josep Rubau (d), posan para durante una entrevista con EFE en Santiago (Chile). EFE/ Elvis Gonzalez

Hito mundial en la Antártida: 3 españoles llegan al círculo polar por primera vez en velero y bicicleta

Por Meritxell Freixas |

Santiago de Chile (EFE).- Tres españoles hicieron historia tras recorrer por primera vez el Círculo Polar Antártico en velero y bicicleta, en una proeza “totalmente sostenible” de 27 días y 4.000 kilómetros que los ha llevado a cumplir una promesa de juventud y lograr una proeza mundial.

Ni en sus mejores sueños Josep Rubau, Lluís Balasch y Jesús Prieto, tres amigos de entre 51 y 57 años de Roses (Gerona/Cataluña), habrían imaginado que en el mes de marzo lograrían zarpar de Puerto Williams en velero con sus bicicletas acuáticas, cruzar el temido paso de Drake -donde fluyen algunas de las corrientes oceánicas más fuertes del mundo- y llegar pedaleando hasta la península Antártica para bordearla hasta alcanzar el Círculo Polar, el punto más austral del hemisferio sur.

“Es un hecho histórico, que nunca antes se había conseguido. Teníamos la ambición de pedalear por la costa Antártica, que es preciosa, pero en el camino nos fuimos animando, el clima nos acompañó y llegamos hasta al Círculo Polar”, explicó Brufau en una entrevista a EFE en la capital chilena tras su odisea.

Tres amigos de infancia, aficionados al deporte náutico y al ciclismo, se consideran «gente común» que busca salir de su zona de confort sin plena conciencia.

“Flotar en el agua en silencio”

Rubau afirma que, como toda buena idea, él y su equipo diseñaron el prototipo de bicicleta en el garaje de casa. Posteriormente, lo probaron en distintos ambientes como piscinas, el mar e incluso los fiordos noruegos.

Los españoles Lluís Balash (i), Jesús Prieto (c), y Josep Rubau (d), posan para durante una entrevista con EFE en Santiago (Chile). EFE/ Elvis Gonzalez

“Pusimos la bici acuática en una cámara frigorífica a menos de 20 grados para observar cómo reaccionaba, pero el gran enigma era probarla en un entorno extremo y entre hielos cortantes”, apuntó el artífice.

“Ha sido un proceso de prueba-error de seis años que salió bien (…) Hubo constancia, perseverancia y esfuerzo”, añadió.

Los tres protagonistas de esta hazaña, que viajaron acompañados de un equipo de otras 14 personas lideradas por el aventurero Antonio de la Rosa, experto en navegar por mares bravos y agitados, destacaron el placer de pedalear sin ruido ni contaminación, y de una forma respetuosa con la naturaleza.

“Era una sensación única, flotar en el agua a voluntad, en silencio y sin motores”, reconoció Balasch.

“Peor de lo esperado”

Los deportistas aseguran que su fortaleza, más que en la preparación física a la que dedicaron un año entero, ha sido sobre todo mental.

“Sabíamos que iba a ser complicado desde un principio, pero al final fue mucho peor de lo que habíamos pensado”, aseguró Balasch.

“Lo más peligroso fue atravesar el paso de Drake durante cinco días, en velero, y azotados por olas de cinco o seis metros, a las que no estábamos acostumbrados, y vientos muy fuertes”, comentó por su parte Prieto.

“He pasado las peores noches de mi vida, despertando a cada momento porque nos caíamos de lado. Fue como un martirio”, itió.

El cortocircuito en el velero los dejó ocho días sin electricidad, sumidos en un apagón absoluto: sin luz, radar ni comunicaciones exteriores.

“Era o retroceder o seguir para adelante. Tuvimos una votación, y decidimos continuar y, afortunadamente, fue espectacular porque con el esfuerzo de todos llegamos a salvo”, apuntó orgulloso Balasch.

“Una fusión de emociones” en el Círculo Polar Antártico

Rubau, Balasch y Prieto retomarán sus respectivas vidas después de más de 40 días de una expedición que ha llevado al límite su resiliencia.

“Fue una fusión (de emociones): por un lado el amor a la Antártida, que es espectacular, te absorbe, es muy generosa, te regala naturaleza en estado puro; pero también odio porque fue durísimo y llegas a decir ‘ya no aguanto más’”.

“Llegamos a la magnificencia, a la magia; una gran belleza que como sufres (para alcanzarla), la valoras mucho más”, añadió Prieto, quien dijo también haber transitado “un doble viaje”, uno exterior y otro interior, “de descubrimiento, amistad y de una reflexión increíble”.

Los tres amigos preparan ahora un documental que relatará su periplo por el continente helado y que esperan que esté listo para fin de año, además de un libro que ya tiene título: “Antártida. Amistad”.