El tenista español Carlos Alcaraz durante su partido contra el húngaro Fabian Marozsan en el Roland Garros. EFE/EPA/Christophe Petit Tesson

Alcaraz se deja un set en su vigésima victoria en Roland Garros

París (EFE).- El español Carlos Alcaraz, número 2 del mundo y vigente campeón de Roland Garros, se dejó un set en el camino de la tercera ronda del Grand Slam de tierra batida, que consiguió tras convertirse en el primer jugador nacido en este siglo que atesora 20 triunfos en ese torneo.

En busca de revalidar su Copa de los Mosqueteros, el español se impuso al húngaro Fabian Marozsan, 56 del mundo, 6-1, 4-6, 6-1 y 6-2 en 2 horas y 8 minutos, pero sufrió uno de los bajones de rendimiento que trata de combatir esta temporada.

El jugador de 22 años consiguió su noveno triunfo consecutivo en este torneo y la decimoséptima victoria del año sobre tierra batida, donde sólo el danés Holger Rune le ha derrotado en la final de Barcelona, donde tenía una lesión que posteriormente le impidió jugar en Madrid.

En el camino, el español se apuntó los torneos de Montecarlo y Roma, donde derrotó en la final al número 1 del mundo, el italiano Jannik Sinner, que regresaba a la competición tras tres meses de parón por una sanción por dopaje.

Desde la pista central, Alcaraz hizo un guiño al público francés, entonando el cántico que suele escucharse en las pistas, una maniobra de acercamiento a los espectadores que le idolatran en París.

«Es fácil divertirse cuando juegas en una pista como esta»

«Es fácil divertirse cuando juegas en una pista como esta y siempre he dicho que me gusta hacer que el público disfrute», aseguró Alcaraz, que achacó a una subida del nivel del húngaro que se dejara un set.

«He tenido que empezar de cero en el tercer set, pero por suerte he elevado el nivel y he podido acabar bien», resumió.

Se notaban las ganas de jugar en la central de París, de hacerlo ante la placa que desde el pasado domingo y ya para siempre marca la huella de Rafa Nadal, su ídolo, su espejo, y el torrente de tenis se llevó por delante al húngaro en 26 minutos.

Alcaraz saluda a Marozsan tras el partido.
Alcaraz saluda a Marozsan tras el partido. EFE/EPA/Christophe Petit Tesson

Luego llegó el bajón del murciano, esos que el año pasado le lastraron con vistas al título y que él se obstina en borrar para convertirse todavía más en una máquina de ganar.

Marozsan se apoyaba en su derecha, variaba el juego y despistó al español, que dejó escapar de forma inverosímil el primer juego del segundo set, una desventaja que se empeñó en recuperar, pero dilapidó hasta cinco bolas de partido.

«Que corra él», se gritaba Alcaraz en la pista, sabedor de que no conseguía hacer dudar al rival.

Alcaraz recuperó el hilo del partido tras vencer el tercer set con soltura

Fue un incidente, porque Alcaraz recuperó enseguida el hilo del partido, para imponer de nuevo su juego y someter a su rival a una presión que no pudo seguir.

Así se apuntó con soltura el tercer set, colocando toda la presión en el lado del húngaro, que no le perdió la cara al partido.

Verdugo de Alcaraz en el torneo de Roma de 2023, donde inició una serie de triunfos sobre jugadores del top-10 que le hicieron ganarse cierta fama de ‘matagigantes’, Marozsan trató de mantenerse en o, pero el ritmo era ya demasiado elevado.

En el cuarto set recuperó su servicio un juego después de haberlo perdido, pero ya no sumó más a su marcador, poniendo fin a su mejor actuación en París.

Alcaraz ya está avisado de que los despistes se pagan caros en un Grand Slam. Su siguiente rival saldrá del duelo entre el cañonero francés Giovanni Mpetshi Perricard, 37 del mundo, y el bosnio Damir Dzumhur, 69 del ránking.

Alcaraz: «No tengo la sensación de haber desconectado»

Alcaraz restó importancia a haberse dejado un set y dijo que no se debió a una de sus habituales desconexiones, sino a que el rival elevó el nivel.

«No tengo el sentimiento de que me haya descentrado, él ha subido el nivel, yo mantenía el mío, pero en el segundo set ha sido mejor que yo», comentó el español.

«He empezado increíble, sintiendo la bola muy bien, aprovechando los errores que ha cometido. En el segundo sabía que sería más agresivo, él tenía que cambiar un poco el esquema de juego. Me ha roto en el primer juego con bolas nuevas y eso le ha dado energía. No es que yo haya bajado el nivel, es que él ha subido y yo no he sabido aprovechar las bolas de ruptura», comentó.

«Pero en un partido a cinco sets hay mucho tiempo de recuperación (…) En el tercero he logrado empezar de mejor manera, él ha bajado la intensidad y yo la he mantenido o la he subido», señaló.