València (EFE).- La compañía alemana ThyssenKrupp ha anunciado el cierre de su planta Galmed en Sagunto (Valencia), de acero galvanizado, y el despido del centenar de trabajadores de la factoría.
El grupo ha comunicado el cierre de la planta por «un significativo empeoramiento del mercado automovilístico europeo», muy por debajo de las expectativas y previsiones originales en las que se basó la estrategia «Business Segment», que lleva a la reducción de las perspectivas de demanda de galvanizado.
Así lo ha anunciado el director de Thyssenkrupp Galmed, Tiago Vieira, al comité de empresa en una carta en la que avanza que en las próximas semanas se desarrollarán soluciones viables para todos los empleados, según recoge el documento.
Las conversaciones con el comité se iniciarán en Sagunto de forma inmediata, añade el responsable, que también avanza que mantienen conversaciones con PowerCo para identificar posibilidades de empleo para los trabajadores en la futura gigafactoría de celdas de baterías de Sagunto.
En este sentido, señala que la cualificación de la plantilla de Galmed «resulta muy interesante» para las vacantes de la gigafactoría, una planta del grupo Volkswagen que comenzará a construirse a principios de 2024 con vistas a producir en 2026.
El cierre es «inevitable»
Thyssenkrupp llevó a cabo un análisis detallado de la rentabilidad de las diez líneas de galvanizado existentes en todas sus ubicaciones y concluyó que el cierre de la línea de Sagunto es «inevitable» desde una perspectiva económica y de mercado.
La capacidad de la línea ya está infrautilizada, una tendencia que se intensificará a corto plazo, lo que supone que no será posible operar la línea de forma económica en un futuro próximo.
CCOO cree que puede haber contagio a la industria
El sindicato CCOO ha advertido del riesgo de contagio de la decisión de cierre de Thyssenkrupp Galmed en Sagunto (Valencia) al resto de la industria y ha expresado su desconfianza en los compromisos respecto a soluciones y recolocaciones para la plantilla.
El anuncio del cierre de la planta de Sagunto, donde trabaja un centenar de empleados, ha llegado «sin preaviso» y sin razones que sirvan para justificar de forma objetiva la decisión, que reabrió en 2016, y es «la moneda con la que la multinacional paga a la plantilla por su entrega y sacrificio durante estos años», según afirma el sindicato en un comunicado hecho público tras conocer la intención de cerrar la planta.
El responsable comarcal de CCOO, Sergio Villalba, ha advertido del riesgo que se vislumbra tras el anuncio al enmarcar la decisión en «el precario estado» del sector siderúrgico y automovilístico ya que se puede producir un efecto contagio en el resto de industrias instaladas o futuras, como ocurrió en el polígono Parc Sagunt I, que quedó en «un desierto empresarial durante años».
La desinversión en las instalaciones de Sagunto repercutirá en un impacto negativo en el empleo de la planta y de subcontratas, y en empresas auxiliares y de transporte de la comarca de Camp de Morvedre, el polígono siderúrgico del Puerto de Sagunto y la Comunitat Valenciana.

Y no confía en recolocaciones
Respecto a las soluciones viables para los trabajadores anunciadas por Thyssenkrupp, CCOO muestra su desconfianza y asegura que las promesas de recolocación en otro grupo empresarial cuyas instalaciones no están construidas todavía, en referencia a la gigafactoría de celdas de baterías de Volkswagen, son «una cortina de humo que incitan a la desmovilización de la plantilla».
«En un contexto en el que estamos luchando por la reindustrialización de la comarca, la istración no puede permitir que una multinacional de manera unilateral decida el cierre de las instalaciones, basándose exclusivamente en criterios de aumento desmedido de beneficios y mejora de la liquidez, que antepone los intereses de los accionistas olvidando a los trabajadores, máxime cuando obedece a errores empresariales tomados por los mismos responsables que ahora proponen las desinversiones», concluye el sindicato.