Un trabajador utiliza un exoesqueleto para mejorar la ergonomía en su puesto de la fábrica de lavadoras que BSH tiene en La Cartuja (Zaragoza). EFE/Javier Cebollada

La OCDE mejora al 1,5 % su previsión para España en 2024 y anticipa un 2 % para 2025

París (EFE).- La OCDE, que como casi nadie tampoco había anticipado que la economía española podría crecer un 2,5 % en 2023, ha revisado ligeramente al alza su previsión para este año al 1,5 % y mantiene la del 2 % para 2025, que en ambos casos estarán muy por encima de las cifras del conjunto de la zona euro.

En su informe interino de Perspectivas publicado este lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sube en una décima la cifra que había dado para España en 2024 y se alinea con la que presentó la semana pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI), que además auguró un 2,1 % en 2025.

Tendencia general a la ralentización de la economía mundial

Más allá de coincidir en la tendencia general a la ralentización de la economía mundial este año, lo más sobresaliente en el caso de España es la persistencia de una disonancia con la evolución del resto de los grandes países europeos, que están mucho más estancados.

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Empleados de la fábrica de automóviles FSG+Automotive LTd trabajan en una cadena de montaje en Oelsnitz (Alemania). EFE/Oliver Killig

Los autores de este nuevo estudio han corregido a la baja sus proyecciones para la zona euro en su conjunto en 2024, con un incremento del producto interior bruto (PIB) que estará limitado al 0,6 % (tres décimas menos de lo que avanzaban hace algo más de dos meses), y que se parecerá mucho al magro 0,5 % de 2023.

Los tres grandes de la moneda única se quedarán en un 0,3 % para Alemania, un 0,6 % para Francia y un 0,7 % para Italia, y la eurozona progresará muy tímidamente en 2025 hasta un 1,3 %, que otra vez es inferior (en dos décimas) al estimado por la OCDE en noviembre.

Empuje de España

El empuje de España, notable en el contexto de un Viejo Continente que sigue muy lastrado por el choque de la energía que ya empezó antes de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, es no obstante inferior al de Estados Unidos, que debería crecer un 2,1 % este año y un 1,7 % en 2025.

La baza comparativa de la inflación en España, que en 2023 ha sido más baja que en el conjunto de la eurozona (3,4 %, frente al 5,4 %) se va a perder tanto este año (3,3 % comparado con el 2,6 %) como el próximo (2,5 % frente al 2,2 %), según la OCDE.

La OCDE reduce de nuevo sus perspectivas económicas para Europa y mejora las de EE.UU.

La OCDE reduce de nuevo sus expectativas sobre la economía europea para este año, con crecimientos en sus grandes países inferiores al 1 % salvo España, la excepción en el Viejo Continente, mientras mejora las de Estados Unidos, que se mantendrá por encima del 2 %.

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Trabajadores de la empresa automovilística Seat, en una imagen de archivo. EFE/Enric Fontcuberta

Anticipa una ralentización pero muy moderada de la economía global, que progresará un 2,9 % en 2024, dos décimas menos que en 2023, para volver a subir al 3 % en 2025.

Más allá de la persistencia de la divergencia entre Estados Unidos y una Europa afectada por los altos tipos de interés y por los efectos del choque de los precios de la energía, sus autores estiman que China sigue empantanada con sus problemas del sector inmobiliario que las autoridades intentan contrarrestar con sucesivas oleadas de estímulos.

Su percepción del gigante asiático se mantiene como en su informe precedente a finales de noviembre: el aumento del producto interior bruto (PIB) se quedará en el 4,7 % en 2024, después del 5,2 % el pasado año, y en el 4,2 % en 2025.

En el Viejo Continente, la OCDE revisa a la baja las cifras de crecimiento para este año de la zona euro (0,6 %, tres décimas menos) y eso que dentro de ese bloque España va a comportarse de nuevo mejor (1,5 %, una décima más), aunque con un dato muy reducido respecto al 2,5 % de 2023. Para 2025, vuelve a corregir a la baja el crecimiento del PIB de la eurozona: 1,3 %, dos décimas menos de lo anticipado en noviembre.

El crecimiento de EE.UU. vuelve a sorprender

La otra cara de la moneda es Estados Unidos, que después de una insolente progresión del 2,5 % el pasado año, alimentada por el consumo interno que recurrió al colchón de ahorro acumulado durante la crisis de la covid, se mantendrá con un meritorio 2,1 % este ejercicio (seis décimas más de lo augurado en noviembre) y un 1,7 % en 2025.

Como viene ocurriendo de forma casi ininterrumpida desde el comienzo de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, la OCDE vuelve a revisar al alza sus propias proyecciones para Rusia, lo que pone en evidencia una capacidad de resistencia de su economía en modo de guerra, que de nuevo ha sorprendido a los expertos.

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Operarios de Opel en una cadena de montaje. EFE/Franz-Peter Tschauner

Después de haber crecido un 3,1 % en 2023, su PIB debería subir un 1,8 % en 2024, siete décimas más de lo que la OCDE había estimado a finales de noviembre. Para 2025, un horizonte muy lejano teniendo en cuenta las incertidumbres sobre la guerra, calculan que seguirá progresando pero menos, un 1 %.

Bajada de la inflación

En los grandes países desarrollados, la inflación bajó en 2023 más rápido de lo que se esperaba (5,4 % en la zona euro, 3,7 % en EE.UU.) y el movimiento va a continuar, salvo que haya alguna interferencia, por ejemplo con una explosión y un contagio del conflicto de Oriente Medio que afectara a los precios de la energía.

Los autores del informe han calculado que las recientes subidas de los costos del transporte marítimo del 100 % por el desvío de muchos barcos que pasaban por Canal de Suez hacia el cabo de Buena Esperanza y el rodeo del continente africano para evitar los ataques de los hutíes a la entrada del mar Rojo podrían acarrear un aumento del IPC de cuatro décimas al cabo de un año.

Haciendo abstracción de los riesgos geopolíticos, que vienen sobre todo de esa región, la tasa de inflación se situará a finales de 2025 en Estados Unidos y en la zona euro en torno al objetivo del 2 % que se marcan sus bancos centrales.

Política monetaria de los bancos centrales

La OCDE considera que los bancos centrales tienen que mantener una política monetaria prudente para asegurarse de que las presiones inflacionistas han quedado contenidas de forma duradera. Y aunque hay margen para bajar los tipos de interés cuando eso ocurra, avisa de que van a continuar elevados durante un tiempo.

En cuanto al creciente problema de los números rojos de las cuentas públicas, su consejo es más esfuerzos para contener la progresión del gasto público a corto plazo y una planificación a medio plazo para garantizar que la situación sea sostenible y poder hacer frente a futuros choques imprevistos.