Simpatizantes del presidente venezolano y candidato a la presidencia, Nicolas Maduro, participan en un acto de campaña este jueves, en Caracas (Venezuela). EFE/ Miguel Gutiérrez

Elecciones en Venezuela: un punto de inflexión en la geopolítica internacional

Redacción América (EFE).- Las elecciones presidenciales en Venezuela del 28 de julio tienen el potencial de redefinir el panorama geopolítico en múltiples regiones del mundo. La red de relaciones internacionales tejida por Caracas está en juego y su futuro dependerá en gran medida del resultado de esta crucial votación.

Las consecuencias de estos comicios se sentirán profundamente, desde La Habana hasta Washington, pasando por Brasilia, Bruselas, Moscú y Pekín.

Estados Unidos: sanciones, migración y enfoque regional, con énfasis en Venezuela

La política exterior de Estados Unidos (EEUU) hacia Venezuela se centra en sanciones y presiones diplomáticas para promover un cambio de gobierno que, de darse, podría alterar la dinámica de estas relaciones, relajando las sanciones si se percibe un cambio hacia la democracia o intensificándolas si el nuevo liderazgo es visto como una continuación del chavismo.

Una mejora en la situación política y económica de Venezuela podría reducir la migración hacia EEUU, mientras que una situación adversa tendería a incrementarla.

Y, a nivel política regional, EEUU ajustará su enfoque hacia América Latina modificando alianzas y estrategias para mantener la estabilidad regional en función del resultado electoral.

América Latina: el resultado configurará las alianzas regionales

Con un cambio de Gobierno en Venezuela podrían reconfigurarse las alianzas regionales e intensificarse las negociaciones sobre temas clave como la migración, el comercio y la seguridad.

El cambio podría afectar la dinámica de organismos regionales como la CELAC y la OEA, y generar un impacto en las economías vecinas, especialmente la colombiana, debido a posibles cambios en la política energética y comercial.

Combo de fotografías de archivo de los presidentes de Argentina, Javier Milei (i), y de Venezuela, Nicolás Maduro. EFE/Cristóbal Herrera-Ulashkevich/Miguel Gutiérrez

Argentina, Costa Rica, Guatemala, Paraguay y Uruguay emitieron el pasado viernes una declaración conjunta expresando su preocupación por las condiciones en las que se desarrollará el próximo proceso electoral.

Los cinco países denunciaron «el hostigamiento y la persecución sistemática contra dirigentes y partidarios de la oposición venezolana», así como contra de la sociedad civil, lo que consideran un grave obstáculo para la realización de unos comicios legítimos.

Por otro lado, la interdependencia entre Venezuela y Colombia ha crecido mucho en los últimos, ya que el primero alberga a 1,7 millones de colombianos y el segundo a más de 2,7 millones de venezolanos.

Además, el presidente colombiano, Gustavo Petro, tiene una relación cercana con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, y la influencia de Venezuela en la construcción de paz en Colombia es notable, explica a EFE Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Bogotá.

Brasil se aparta un poco de Venezuela

Por su parte Brasil, uno de los garantes de los Acuerdos de Barbados, ha adoptado una postura cautelosa respecto a estos comicios, abogando por la presencia de observadores internacionales.

México ha mantenido una postura de no interferencia en los asuntos venezolanos, y su presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha evitado criticar a Maduro y ha dejado en manos del pueblo el resultado.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha sido una de las voces más críticas con el mandatario bolivariano desde su llegada al poder en marzo de 2022.

Boric ha insistido en que «la defensa de los derechos humanos no tiene ideología» y ha denunciado el doble estándar de la izquierda en la condena de los abusos civiles en Venezuela.

En estas elecciones también está en juego la extensa red de relaciones internacionales que Caracas ha forjado desde la llegada del chavismo a Venezuela, desde la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) a Petrocaribe, porque la espina dorsal de todas ellas es la afinidad política.

Unión Europea: crítica con el Gobierno de Maduro y sin observadores

La Unión Europea (UE) es crítica con el régimen chavista, ha impuesto sanciones y ha promovido el diálogo para una solución pacífica a la crisis venezolana.

Un cambio de Gobierno podría abrir nuevas oportunidades para la cooperación y el apoyo europeo en la reconstrucción de Venezuela, siempre y cuando se perciba un compromiso con los principios democráticos y los derechos humanos.

El presidente ruso, Vladimir Putin (de frente a la derecha), le da la mano al presidente venezolano, Nicolás Maduro (i), durante su reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 25 de septiembre de 2019. EFE/Sergei Chirikov/Pool

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, siempre lamenta que el Gobierno de Maduro rechace la participación de la UE como observador en los comicios, lo que a su juicio impedirá a la comunidad internacional tener la garantía de que esas elecciones se «homologuen».

China y Rusia, aliados estratégicos del chavismo

Ambos países han sido aliados estratégicos de Venezuela, proporcionando apoyo económico y político. Rusia, en particular, ha sido un proveedor clave de petróleo y apoyo militar, mientras que China ha invertido significativamente en infraestructura y recursos naturales.

También Venezuela mantiene relaciones estrechas con varios países del Medio Oriente, especialmente con Irán, con quien comparte una postura antiestadounidense. Las elecciones podrían influir en estos vínculos.