Cientos de personas participan en una manifestación para condenar la violencia machista. EFE/Román G. Aguilera/Archivo

Indefensión, silencio y desprotección: cuando el maltrato machista golpea a la infancia

Madrid (EFE).- Silencio, indefensión, vulneración sistemática de derechos… La protección a la infancia y a adolescencia frente a la violencia machista es aún «deficiente y vergonzosa», a pesar de que existe una buena legislación, han denunciado este martes expertas juristas y en atención psicológica en una jornada organizada por la Federación de Mujeres Progresistas.

Obligar a los menores a tener visitas con los padres que maltratan a sus madres, no escucharlos en los procedimientos judiciales o considerar que son simples objetos de la violencia contra la mujer a pesar de que son víctimas directas son algunas de las prácticas denunciadas este martes durante la celebración del evento ‘Rompamos el silencio. Violencia hacia la infancia y adolescencia en un contexto de violencia de género’.

Durante la jornada se han reproducido testimonios que chicos y chicas que han sufrido violencia machista han compartido con profesionales que los atienden: «¿Puedes hacer algo para que mi papá no me grite?», «¿puedes regañar a mi papá?», «¿puedes reunirte con alguien importante para que yo vea menos a mi papá?», preguntaba una niña de 7 años.

Otro niño, de 10 años, cuestionaba lo siguiente: «¿Por qué nadie me escuchó en el juicio contra mi padre?».

Víctimas directas

La jurista y exdirectora general de Derechos de la Infancia y de la Adolescencia Violeta Assiego ha señalado que se debe superar el término «violencia vicaria» para hablar de violencia machista hacia niñas y niños porque en aquella se considera como víctima principal a la mujer, ya que el agresor instrumentaliza a sus hijos para hacerle daño, si bien los menores son receptores en primera persona de ese maltrato.

«Hay un controversia que necesitamos dialogar desde el feminismo: si ponemos a las mujeres en primer plano como víctimas pero no entendemos que las niñas y los niños están en ese primer plano, estamos contribuyendo al olvido», ha dicho Assiego.

La psicóloga Olga Barroso, experta en trauma y violencia de género, ha explicado cómo el maltrato machista daña siempre a los menores, tanto si el maltratador los agrede directamente como si dirige la violencia hacia sus madres, porque en ambos casos no van a poder desarrollarse plenamente.

El contexto que debería ser protector, es agresivo, con lo cual se desata en ellos el miedo y la desconfianza (y una gran dificultad para pedir ayuda). Si el sufrimiento rebasa el nivel de recursos de que disponen para hacer frente a la realidad, va a aparecer el trauma, ha precisado Barroso.

«Están generando una violencia que impide que se puedan sentir protegidos»

«Están generando una violencia que impide que se puedan sentir protegidos, eso es traumático y va a romper sus estructuras psíquicas», ha enfatizado la psicóloga.

Assiego ha lamentado que la respuesta jurídica que se da a la violencia machista contra menores «es quizá la más deficiente, compleja y vergonzosa»: «Lo fundamental que habría que hacer es creer a la infancia, también en los ámbitos en los que se tramitan las denuncias».

A pesar de los avances legislativos (que obligan a denunciar cualquier violencia contra la infancia y a escuchar a los menores), la experta ha criticado que ni se están desarrollando ni se están aplicando. El ámbito judicial, ha asegurado, «está desfasado», con ínfimas cifras de suspensión de la patria potestad y sin aplicación de perspectiva de infancia.

Colocan un lazo morado en la fachda de un edificio. EFE/Víctor Lerena/Archivo

En este sentido, ha hablado de «indefensión» y ha querido recordar que cualquier menor que sufra violencia tiene derecho a un abogado de oficio, algo que se desconoce.

A su juicio, se les debería poder atender sin necesidad de que exista denuncia previa, como sucede con las mujeres.

Cambio de tendencia

La presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, la abogada Yolanda Besteiro, ha alertado de que se está registrando un «cambio de tendencia» hacia una mayor violencia contra la infancia porque «los maltratadores han visto que una manera irrefutable de hacer daño a las víctimas es atacar a sus hijos e hijas».

Besteiro ha indicado que 1,6 millones de niños y niñas son víctimas de violencia de género, son «sujetos y objetos» de esta violencia y ha recordado que 60 menores han sido asesinados por sus padres o por las parejas o exparejas de sus madres desde 2013.

La presidenta de esta federación ha criticado que el interés superior del menor se siga confundiendo con los derechos y la protección del progenitor violento y ha defendido que se mantenga a la infancia siempre alejada de esta violencia.

Las expertas han incidido en la necesidad de formar en perspectiva de infancia a todos los actores implicados y en la conveniencia de detectar los «patrones de vulneración sistemática de derechos» que sufren niños y niñas en contextos de violencia de género.