Sala de la Audiencia Provincial de Málaga donde se celebra desde enero de 2023 el macrojuicio del caso Astapa por la presunta corrupción urbanística en Estepona.. EFE/Jorge Zapata/ARCHIVO

El macrojuicio del caso de corrupción Astapa llega a su recta final 20 años después

Montserrat Martínez |

Málaga, (EFE).- El macrojuicio del caso Astapa contra la corrupción política-urbanística llega este lunes a su recta final.

Aborda unos hechos presuntamente delictivos que ocurrieron hace veinte años, después de que el Tribunal dé la última palabra a los 37 procesados, entre ellos el exalcalde de Estepona, Antonio Barrientos.

El Tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga, que ha acogido el juicio, ha citado para este lunes a los procesados a las 11.00 horas- Lo ha hecho para que puedan ejercer el derecho de última palabra, según una diligencia de ordenación, a la que ha tenido EFE.

Hay cinco acusados que ya han manifestado a la Sala su renuncia expresa al ejercicio de tal derecho. Pese a ello, están obligados a comparecer con sus respectivos letrados.

Cuando finalice dicho trámite, el presidente del Tribunal dirá «visto para sentencia», en un juicio que arrancó en enero de 2023 con cuestiones previas.

El hermano pobre del caso Malaya

El caso Astapa siempre se le ha considerado el «hermano pobre» del caso Malaya. Su instrucción y la celebración del juicio no ha estado exento de polémica. Entre ellas, por las dilaciones que ha sufrido y por la posible intervención del excomisario José Manuel Villarejo.

Las defensas siempre han mantenido la teoría de la supuesta vinculación del excomisario con el inicio de la causa y su presunta manipulación. Ello para crear un procedimiento ficticio y de manera interesada para velar por sus intereses urbanísticos en el municipio sin control judicial.

Para el letrado, José Carlos Aguilera, personado en el procedimiento, el desarrollo del juicio ha evidenciado que, como consecuencia de las extraordinarias dilaciones que ha sufrido, «Astapa ya no tenía sentido, se están enjuiciando hechos presuntamente delictivos que ocurrieron hace 20 años», ha lamentado.

macrojuicio Astapa
de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (Udyco) llevan a declarar al entonces alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, al juzgado de Estepona que dirigió la ‘Operación Astapa’ en junio de 2008. EFE/López Perujo/ARCHIVO

Para Aguilera «la consecuencia es que el Tribunal ya no podrá impartir justicia: solo puede dictar sentencia, como expresión «formal» de la terminación de la causa. La Justicia hace mucho tiempo que se ausentó de este proceso», ha apostillado.

Tres sesiones semanales

La fase de juicio del macrojuicio de Astapa ha durado año y medio. Ha tenido un promedio de tres sesiones semanales. Esto ya se hizo también en el caso Malaya. Ha representado un enorme esfuerzo para el Tribunal, la Fiscalía y las defensas.

Para su celebración, los magistrados decidieron celebrarlo por bloques. Era para que sólo acudieran al juicio los acusados imputados de ese delito. Este método fue pionero en Malaya y fue copiado mas tarde en muchos juzgados de España.

Posteriormente, en los meses de junio y julio se presentaron los escritos de conclusiones finales de las acusaciones. En él, el Ayuntamiento de Marbella se retiró. Más tarde llegó el turno de las defensas.

Acusación fiscal

Anticorrupción mantiene en el macrojuicio del caso Astapa que entre 2003 y la primera mitad de 2007 el gobierno de coalición formado por el PSOE y el Partido de Estepona (PES) crearon una caja B en el consistorio. Fue para aumentar el gasto público, para beneficio propio o de los partidos.

Para el ministerio público dicha caja B se nutría de aportaciones económicas de promotores y empresarios con intereses inmobiliarios, a través de donaciones o patrocinios de actividades, con el fin de «eludir controles». También por supuestas irregularidades en los convenios y aprovechamientos urbanísticos para «beneficiar a ciertos empresarios».

El fiscal afirma que los cargos públicos podían disponer de esos fondos y los empresarios con sus aportaciones se ganaban la confianza y obtenían el cauce idóneo para obtener beneficios y justificar pagos. Ha precisado que aunque no duda de que las aportaciones de los empresarios fueron voluntarias hay pruebas que llevan a descartar la espontaniedad de las mismas.

Los empresarios, según el fiscal, con esos pagos lograban ventajas y se ganaban la disposición de las autoridades a impulsar actuaciones istrativas y era el cauce idóneo para contabilizar y descontar todos los gastos. «Se produjo un desfalco de toda regla», según Anticorrupción.

Se produjeron delitos de malversación, fraude y cohecho y se infringieron principios fundamentales y de legalidad para obtener unos beneficios propios o para terceros, según el fiscal, que durante su alegato final precisó que esas prácticas se produjeron en un momento en el que «había una reacción social discreta ante la corrupción urbanística en el ámbito municipal debido a un discurso político engañoso», que se justificaba en un crecimiento económico y de la inversión en España.