Una cola de personas esperan bajo sombrillas colocadas para dar sombra en la Alhambra de Granada. EFE/Miguel Ángel Molina/ARCHIVO

Paraísos de verano: el reclamo de pasar la noche a la fresca

María Ruiz | Granada (EFE).- Son paraísos de verano. El reclamo de pasar la noche a la fresca. Tener que usar «rebequita» o dormir tapado suena estos días al mejor de los reclamos turísticos, atractivos que ofrecen municipios de Granada como Trevélez o Jérez del Marquesado.

Al cobijo de Sierra Nevada, se convierten en un oasis térmico durante las olas de calor al registrar mínimas de hasta 12 grados.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) contempla que este verano se convierta en el tercero más cálido desde la década de los sesenta del siglo pasado. Especialmente por un julio que ha derretido estadísticas y ha colocado el mercurio por encima de los 40 grados.

Unas mínimas demasiado altas le han quitado el sueño a más de uno. Esto ha convertido en casi un oasis a los municipios que ofrecen confort térmico.

«No es por presumir pero yo duermo todos los días con una sábana que aquí refresca bastante». El alcalde de Jérez del Marquesado, José Ángel Pereda, ha explicado a EFE que la envidiable ubicación de su municipio.

Está a las faldas de Sierra Nevada convierte a este pueblo de casi mil vecinos en un destino perfecto en verano.

Esa sábana, la manguita larga para salir por la noche y mínimas que este julio han marcado incluso los 12 grados son parte de la fórmula por la que este pueblo supera estos días los 3.500 vecinos.

«Incluso en lo peor de una ola de calor, a las diez de la noche refresca y se duerme del tirón». Lo ha añadido Pereda, alcalde de un paraíso térmico gracias a los tres barrancos que rodean el pueblo. También por el agua que baja de Sierra Nevada y sus 1.260 metros de altitud.

El municipio más alto de la Península

También al cobijo de Sierra Nevada pero en su otra cara se acurruca Trevélez. Se presenta ante el mundo como un ‘paraíso de altura’, especialmente en verano, gracias a los 1.476 metros. Esto lo convierten en el municipio más alto de la Península.

Su alcalde, Adrián Gallegos, ha explicado a EFE que podrían vender como reclamo turístico el privilegio veraniego de pasar las noches a la fresca. Pero no presumen de sus entre 12 y 14 grados de mínimas porque tienen llenos sus alojamientos turísticos.

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Un hombre se refresca en una fuente de Plaza Nueva en Granada el pasado 18 de julio durante la alerta por la primera ola de calor del verano, por altas temperaturas de hasta 40 grados. EFE/Pepe Torres

Este municipio de la Alpujarra granadina recibe turismo todo el año. Afronta el agosto que está a la vuelta de la esquina con reservas en sus veinte restaurantes y estancias medias de quince días para disfrutar del entorno. Se trata de un turismo activo, el patrimonio rural, los ríos y, claro, el fresquito.

Esa estampa refrescante se extiende por pueblos vecinos como Capileira, Pampaneira o Bubión. Están enmarcados en el Parque Nacional de Sierra Nevada. Combinan una arquitectura bereber, encalados blancos, pizarra y panorámicas espectaculares.

Oferta de casas cuevas

Sin desmerecer los destinos de playa, el interior ofrece una opción más para huir del calor gracias a su temperatura constante de entre 17 y 20 grados: las casas cuevas.

La Asociación Andaluza de Turismo Rural en Casa Cueva ha explicado a EFE que la ocupación media en estos alojamientos rozará este agosto el 80 % de media. La mayoría de las reservas son de un turismo nacional que disfruta de las peculiaridades de este hábitat una semana.

Aunque el calor anima a descansar, este sector ofrece actividades de turismo activo adecuadas al calor veraniego como rutas tras el atardecer, paseos a caballo o propuestas gastronómicas y astronómicas.

Y mientras el reto en media España es poder conciliar el sueño, estos rincones, verdaderos paraísos de verano, presumen de fresca y se presentan como paraísos estivales.