A Coruña (EFE).- Kaio Amaral Silva, uno de los acusados del crimen de Samuel Luiz, respondió a un mensaje donde un conocido dudaba sobre si «lo mataron por ser gay» con «a lo mejor, sí».
La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido una nueva sesión del proceso contra cinco adultos para el caso de la muerte de Samuel Luiz el 3 de julio de 2021, en el que la Fiscalía pide penas de entre 22 y 27 años de prisión.
Declaración de un antiguo amigo de ‘Yumba’
Un antiguo amigo de Alejandro Freire ‘Yumba’, acusado en el proceso, ha relatado que aquella noche vio a la víctima junto a una ambulancia y a otra persona del grupo de los procesados y lo relacionó todo.
«Yo consideraba que era un grupo agresivo porque había tenido otro tipo de disputas o peleas anteriormente, di por hecho que podía ser el grupo que estaba en el reservado (…) Se sabía que eran personas altamente agresivas que lo tenían a la mínima», ha detallado.

Ha relatado más conflictos de esta pandilla y, de hecho, ha citado que en otra ocasión Kaio Amaral Silva le pegó a un compañero suyo, que al día siguiente tenía moratones en la cara y un ojo morado.
Él mismo le preguntó a ‘Yumba’ aquella noche si había sido él, a lo que le respondió dos días más tarde «quitándole importancia» y le aclaró que «que no había sido lo que pensaba» porque «pensaba que le habían pegado a un chico y ya».
Unos días después, Kaio Amaral Silva le contestó a una historia de Instagram sobre el crimen: «Él intentaba exculparse y yo evitaba la conversación», ha matizado.
Conversación entre los acusados por Instagram
En esa conversación se produjo el siguiente intercambio de mensajes: «No murió por ser gay», dijo este testigo; «A lo mejor, sí», respondió el acusado.

Este procesado, a lo largo de la misma conversación en esta red social, acusó a ‘Yumba’ de habérsela jugado «sin hacer nada».
El testigo ha aclarado que el principal acusado, Diego Montaña, «usaba siempre el insulto de maricón», por lo que no sabía si realmente «los odiaba».
Kaio Amaral Silva también ó a través de Instagram con otros dos testigos que han declarado en esta jornada y, en ambos casos, les pidió que difundieran un texto que él tenía preparado en el que decía que él no había tenido ninguna participación y las grabaciones le darían la razón.
A una de ellas le nombró como partícipes de la agresión a Diego Montaña, a ‘Yumba’ y también a la pareja del primero, a la también acusada Catherine ‘Katy’ Silva, que «había empujado» a una amiga de Samuel Luiz para evitar que pudiera socorrerlo.
Habla el padre de Samuel Luiz
Maxsoud Luiz, padre de Samuel Luiz, ha lamentado el crimen que acabó con su hijo: «Ni a un perro se le deja tirado en una cuneta, ni a un animal, y mi hijo allí estuvo, tirado», ha censurado.
Esta jornada ha declarado el padre de Samuel Luiz que, junto con su mujer y su hija, padece secuelas psicológicas de los hechos, en concreto trastorno depresivo mayor crónico moderado y él está incapacitado de modo permanente con un cuadro residual de trastorno mixto ansioso depresivo.
Recuerdo emocionado a su «mejor amigo»
Maxsoud Luiz ha calificado, entre lágrimas constantes, a su hijo como su «mejor amigo», «un niño que tenía un futuro por delante» cuando se lo arrebataron: «Vengo de una familia infeliz, que por la violencia de género y por la bebida se autodestruyó. Le enseñé a mi hijo valores, fue lo que le enseñé a mi hijo hasta el día en que me lo quitaron», ha asegurado.
«Mi hijo era una persona que tuvo una educación excelente, mi hijo era una persona que nunca bebió, no le gustaba estar en peleas, puedo decir que, a mi modo de ver y pensar, recibió una educación ejemplar, que tuvo en la iglesia conmigo y ahí nosotros educamos a la gente a ser buena gente», ha detallado.

Según su testimonio, era tan tranquilo que le decía que nunca se metería en líos porque él le daba ejemplo: «El consejo es que se apartara de la violencia siempre. Si hay algo, sal corriendo, apártate, porque se puede destruir una familia, siempre le enseñé eso», ha proseguido.
«Quien tenga que pagar, que pague»
Ha censurado el «odio» que recibió Samuel aquella noche y ha pedido que «quien tenga que pagar, que pague» porque lo que quiere es seguir con su vida mientras «hay muchas familias destrozadas, no hay una, hay muchas».
«Yo no nací para juzgar, yo nací para estar dentro de una iglesia para ayudar a la gente y enseñar valores (…) Lo que hicieron con mi hijo fue odio. Ni a un perro se le deja tirado en una cuneta, ni a un animal, y mi hijo allí estuvo, tirado», ha agregado.
Ha relatado, además, que un día le preguntó por su orientación sexual a Samuel, pero él le respondió: «Papá, aún no es el momento».
Le quitaron «lo que más amaba»
Tras el asesinato de su hijo, su vida cambió porque le quitaron «lo que más amaba» y, «como a cualquier padre o a cualquier madre, si le arrancas un hijo, pierde el rumbo», por lo que ha desvelado varios momentos con pensamientos suicidas.
Ahora lo que quiere es seguir su camino «sin hablar», por lo que ha pedido evitar a la prensa y ha matizado que no venderá a su hijo ante los medios de comunicación: «Me ofrecieron muchas cosas por vender la vida de mi hijo, pero jamás», ha concluido.