Bruselas (EFE).- El Partido Popular Europeo (PPE) está abierto a dar su luz verde a la candidata española a la nueva Comisión Europea, Teresa Ribera, si ésta se compromete a dimitir en el caso de resultar encausada por su gestión del temporal y una vez dé las explicaciones pertinentes en el Congreso de los Diputados español por este tema el próximo miércoles, dijeron a EFE fuentes del grupo popular.
Estas dos condiciones irían también de la mano con que los grupos socialdemócrata y liberal en el Parlamento Europeo den su apoyo al candidato ultraconservador italiano a la vicepresidencia de la Comisión, Raffaelle Fitto, y al ultraderechista húngaro Olivér Varhelyi como comisario de Salud, si bien éste último podría ver algunas de sus competencias reducidas.
Una vez solventadas esas condiciones, el grupo tendrá entonces que sentarse a evaluar también el desempeño de la española en su audiencia parlamentaria de ayer martes, precisaron las fuentes.

Responsabilidad política
El grupo señala la responsabilidad política -y no personal- de Ribera y le pide que «gestione sus asuntos» en España y dé explicaciones allí, antes de abrirse a darle luz verde para su cargo de vicepresidenta comunitaria.
Estas condiciones retrasarían hasta al menos el próximo miércoles la evaluación de los seis vicepresidentes ejecutivos designados de la próxima Comisión Europea, ya que se está evaluando a todos ellos en grupo y Ribera no comparecería en el Congreso de los Diputados hasta dicha fecha.
Los populares hablan ahora de un momento «políticamente dinámico» y señalan que el Parlamento Europeo tiene una «responsabilidad institucional» en paralelo a los intereses políticos de que la nueva Comisión Europea salga adelante; en este sentido, señalan que su objetivo es que su mandato arranque el próximo 1 de diciembre como está previsto.
Una solución para los tres candidatos
Para ello, no obstante, tiene que encontrarse una solución para los tres candidatos que aún no tienen el visto bueno de los eurodiputados: Ribera -cuya situación se aclararía con las condiciones planteadas por los populares-, el italiano Raffaelle Fitto y el húngaro Olivér Varhelyi.
En el caso de Fitto, los populares rechazan cualquier cambio de sus competencias o rango de vicepresidente, mientras que fuentes socialdemócratas descartan darle su apoyo en público pero estarían abiertas a ceder algunos de sus votos para que, de forma discreta, sea aprobado con la mayoría que necesita en primera instancia en comisión parlamentaria.
Para Varhélyi, hay un cierto consenso en que se reduzcan algunas de sus competencias dentro de la cartera que se le ha asignado, Sanidad y Salud Animal, pero los populares advierten de que deben ser cambios limitados para evitar que se dilate el proceso de asignárselos a un nuevo comisario que tuviera que superar un examen adicional sobre ellos.
La fuente popular insistió en que «no hay problemas» en la relación de los líderes de los tres grupos políticos proeuropeos pese a que los socialdemócratas han amenazado este miércoles con romper el acuerdo histórico. «Estamos dispuestos a seguir hablando, pero necesitamos el paquete (de vicepresidentes)», señaló.
Fuentes socialistas, por su parte, rechazaron la aserción de que la relación entre los tres grupos mayoritarios siga como hasta ahora y subrayaron que «se ha roto la confianza». Además, confirmaron que la reunión de este miércoles con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, concluyó sin un acuerdo para desbloquear el paquete.

Maniobras del PPE «marcan un antes y un después»
El grupo socialdemócrata (S&D) en el Parlamento Europeo advirtió de que las maniobras del Partido Popular Europeo (PPE) para vincular la aprobación de un vicepresidente comunitario ultraconservador a la del resto, incluida a la española Teresa Ribera, «marca un antes y un después» en la coalición que tradicionalmente ha sostenido las mayorías en la Unión Europea (UE).
«Nosotros no estamos aquí simplemente para cuando el Partido Popular Europeo decida blanquear su cara», avisó una fuente del grupo socialdemócrata en conversación con un grupo de periodistas, entre ellos EFE.
Desde las últimas elecciones europeas, el PPE tiene la posibilidad de pactar tanto con los grupos proeuropeos -los socialdemócratas, liberales y verdes, con quienes sacó adelante la presidencia de Ursula von der Leyen- como con los ultraconservadores de ECR y los dos grupos de extrema derecha (Patriotas por Europa y Europa de las Naciones Soberanas), con los que ha consensuado en los últimos meses enmiendas a textos sobre el presupuesto comunitario o la posición de la institución respecto a la crisis en Venezuela.
«Evidentemente ellos tienen dos mayorías posibles. Nosotros no, pero lo que tampoco vamos a permitir es que nos utilicen simplemente para que él blanquee su cara y pueda salir de vez en cuando diciendo que hay que hacer un cordón sanitario cuando en el día a día hace exactamente lo contrario», subrayó esta fuente en alusión al presidente del grupo de PPE, Manfred Weber.
A su juicio, el PPE tiene que pronunciarse claramente sobre «qué quiere hacer en los próximo cinco años» y, en paralelo, que la propia Von der Leyen «diga si acepta haber sido elegida con una mayoría y está sostenida ahora durante cinco años por otra mayoría distinta».