Vista de la sala de los polícromos en la neocueva del Museo de Altamira. EFE/Esteban Cobo

Altamira atesora mucho más arte rupestre del que hasta ahora se conocía

Altamira (EFE).- El reciente descubrimiento de nuevas figuras y grabados paleolíticos en la cueva cántabra de Altamira (Santillana del Mar) constata el enorme potencial que para los investigadores tiene la cavidad, y también que en las distintas galerías hay mucho más arte rupestre del que hasta ahora se conocía.

Estos hallazgos se enmarcan en el proyecto de investigación ‘El primer arte de la Humanidad, la cueva de Altamira’.

Sus resultados se han publicado en el número XXIX de la revista del Instituto de Prehistoria y Arqueología ‘Sautuola’, dirigida por Eusebio Dohijo.

La directora de Altamira, Pilar Fatás, asegura que estos descubrimientos suponen «abrir una puerta» a seguir conociendo el pasado.

Y también cómo eran aquellos seres humanos primitivos que habitaron y pintaron los techos y paredes de la cueva durante al menos 36.000 años.

Nuevos hallazgos

Ese estudio ha permitido documentar 33 figuras, representaciones de animales, como ciervos o un «posible» caballo, en su mayoría grabados muy finos, parte en color rojo y otras zonas en carbón negro.

Se encuentran en una pared de 28 metros ubicada en el sector 5 de la cavidad.

De todas ellas, se conocían ya 10 desde comienzos del siglo XX.

La directora de Altamira, Pilar Fatás, durante una entrevista con Efe, asegura que los nuevos descubrimientos suponen «abrir una puerta» a seguir conociendo el pasado. EFE/Pedro Puente Hoyos

Y la novedad es que, junto al resto de figuras identificadas, han sido valoradas en cuanto a antigüedad respecto a las pinturas de la sala de los polícromos, que es la parte más conocida de la cueva.

El valor de los nuevos hallazgos es que permiten seguir completando el inventario de representaciones de arte rupestre en el interior de la cueva de Altamira.

Y en especial en los más de 300 metros de longitud de las galerías de la cavidad que estaban menos estudiadas por razones de conservación.

Dos fases

Fatás explica que la importancia de las figuras documentadas es que suponen seguir enmarcando cronológicamente las representaciones realizadas durante los varios milenios en que la cueva de Altamira estuvo habitada y sus muros decorados.

Resalta que hay documentadas dos fases en la realización de pinturas de Altamira.

Una anterior es a los bisontes del techo de los polícromos, cuya cronología es muy amplia dado que la primera figura tiene 36.000 años y las últimas unos 16.000, y hay otra que se considera contemporánea a esas pinturas.

20.000 años de arte sobre la piedra


La directora de Altamira resalta la importancia del techo de los polícromos como un compendio de 20.000 años de arte prehistórico en un espacio de 150 metros cuadrados.

Los cazadores del Paleolítico habitaron la cueva de Altamira.

Pero también, incide en los nuevos hallazgos que se están produciendo a través del proyecto de investigación.

A su juicio, Altamira tiene aún «muchísimo potencial» para los investigadores.

Y ello porque hasta ahora su trabajo se encontraba limitado por el restringido a la cueva original debido a razones de conservación.

Sin embargo, en los últimos años esta situación ha cambiado gracias a la mejora de las tecnologías.

Entender el arte paleolítico


Fatás asegura que el progresivo estudio monográfico de diferentes sectores y superficies de la cueva de Altamira permitirá avanzar más en un entendimiento global de su arte paleolítico.

En especial, servirá a los investigadores para acercarse a una comprensión más fidedigna de los procesos gráficos, del valor del grafismo para las sociedades paleolíticas y de la interpretación del arte paleolítico.

Por eso, el estudio publicado señala que los nuevos hallazgos apuntan a considerar que estas manifestaciones gráficas comenzaron en la segunda mitad del Gravetiense (entre hace 32.500 y 24.500 años).

Y lo hicieron con una actividad gráfica muy puntual, centrada en el grabado y figuras de trazo muy simple.