León (EFE).- Una avería en el telesilla de Riopinos en la estación de esquí de San Isidro (León) dejó suspendidos ayer en el aire, durante cerca de una hora, a medio centenar de esquiadores, según ha informado el centro en su web.
El incidente ocurrió poco antes de las tres de la tarde de este lunes cuando el remonte se detuvo de forma repentina y hubo que utilizar un motor de emergencia para evacuar a los esquiadores.
«Necesidad urgente de inversiones»
Durante los primeros quince minutos, los intentos por reactivar el sistema motriz principal fueron infructuosos, lo que obligó a los operarios a poner en marcha el motor de emergencia para bajar del telesilla a los s a muy baja velocidad.
Este suceso, según critica la propia estación, «vuelve a poner en evidencia la necesidad urgente de inversiones».
«La antigüedad de muchos de sus remontes, como el propio telesilla de Riopinos que data de mediados de los años 80 del pasado siglo, refleja la falta de modernización de unas infraestructuras clave para el turismo invernal en la provincia de León», han añadido.
Por su parte, la Diputación de León, encargada de la gestión de la estación de esquí, ha sostenido que el incidente se debió a un fallo técnico que se solventó en menos de media hora, frente a la hora que duró, según informó el propio centro de esquí en su web.
Mucha afluencia de público
Además, la alta afluencia de público debido a las condiciones meteorológicas favorables y la ausencia de jornada lectiva en varias localidades asturianas agravó el impacto del incidente, han destacado.
La estación ha recordado el reciente accidente en un telesilla de la estación de Astún, «que también puso en riesgo la seguridad de los s y que refuerza la necesidad de una revisión integral de las instalaciones de esquí».
«La urgencia no solo radica en la renovación de los remontes, sino también hacer la estación más competitiva mediante una ampliación y modernización, la renovación de su imagen y la transformación de su modelo de gestión», han agregado.
El debate sobre el paso de una gestión pública, actualmente en manos de la Diputación de León, a un modelo público-privado «cobra cada vez más relevancia ante la necesidad de garantizar la seguridad y competitividad de la estación», han concluido.