Santander (EFE).- El acusado de matar a su pareja y a su hija de once meses en la localidad cántabra de Liaño en diciembre de 2021 ha negado ser el autor de los asesinatos en su declaración de este martes en la Audiencia de Cantabria y ha dicho que los testigos y peritos que le sitúan en el lugar del crimen mienten.
«Me porté muy mal con ellas, soy consciente de ello, pero no las asesiné», ha dicho José Reñones, a preguntas de la fiscal, que ha mantenido la petición de prisión permanente revisable por la muerte de la bebé y 25 años de cárcel por la de su pareja, Eva Jaular, y ha añadido el ensañamiento en su calificación de los hechos.
La Guardia Civil acudió al domicilio ese día
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en el patio de la casa de Liaño, bajo una manta y unos palés el 17 de diciembre de 2021, al día siguiente de los crímenes.
El mismo día de los asesinatos, la Guardia Civil acudió al domicilio de la víctima porque el acusado había quebrantado la orden de alejamiento de su pareja. Los agentes le pidieron que se marchara de la casa, aunque no le detuvieron sino que le citaron para que fuera al cuartel a la mañana siguiente.

Reñones, que ha declarado en el séptimo día del juicio, ha negado que entrara de nuevo en la casa por el garaje tal y como aseguró una vecina y pese a que los guardias civiles que inspeccionaron el lugar explicaron que había señales de que la puerta había sido abierta.
El acusado ha dicho que pasó la tarde «de acá para allá» en una zona verde cercana y que estuvo toda la noche en un merendero, junto a un centro comercial, desde donde no llamó a nadie ni envió mensajes porque no tenía saldo en el móvil y tampoco le vio nadie. «¿A esas horas quien me va a ver?», le ha dicho a la fiscal.
Sus amenazas de muerte
Ha afirmado también que se enteró de que su mujer y su hija habían desaparecido cuando acudió al puesto de la Guardia Civil para declarar por el incumplimiento del alejamiento y que trató de ayudar a localizarlas.
Sobre las amenazas de muerte a su pareja y los insultos continuos a la bebé que se han escuchado en los mensajes que han sido reproducidos ante el jurado, ha declarado que no tendría que haberse comportado así y ha añadido que es «un bocazas» pero no cumple sus amenazas.
Tanto las peritos que hicieron el informe psiquiátrico del acusado como los policías judiciales que le tomaron declaración como sospechoso de los asesinatos han coincido en destacar durante el juicio la tranquilidad y la frialdad que mostraba ante la muerte de su pareja y su hija.
Reñones ha dicho este martes que se vino abajo cuando un guardia civil le dijo que su hija había muerto y se puso a llorar.
El Gobierno de Cantabria y las tres acusaciones de la familia piden las mismas penas que la Fiscalía, mientras que la defensa solicita la absolución por los asesinatos y solo reconoce el quebrantamiento del alejamiento, por el que se le reclama un año de cárcel.
El veredicto del jurado está previsto para este jueves.