Madrid (EFE).- La secretaria de estado de Defensa, Amparo Valcarce, ha hecho un llamamiento al Parlamento para que apoye a la industria de defensa y ha trasladado la apuesta de España por una Europa unida y solidaria para fortalecer la seguridad colectiva ante los nuevos retos geopolíticos «sin precedentes».
La ‘número dos’ de Defensa ha clausurado este miércoles el foro Infodefensa, una jornada que ha reunido en el Congreso a portavoces parlamentarios, representantes de la istración y la industria, en un contexto de rearme europeo con la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de movilizar casi 800.000 euros para inversiones en defensa.
Una industria de defensa europea
«España apuesta por una Europa unida y solidaria para hacer frente a las amenazas externas, pero también para fortalecer la seguridad colectiva, mejorar la competitividad de la industria de defensa europea y reforzar la autonomía estratégica del continente en sectores clave», ha señalado Valcarce.
La secretaria de Estado ha destacado que poco después del anuncio de Von der Leyen, la ministra de Defensa, Margarita Robles, mantuvo una conversación telefónica con el comisario Europeo de Defensa y Espacio, Andrius Cubilius, en el que coincidió en la importancia de una actuación concertada de la UE para dotarse de las capacidades necesarias con las que hacer frente a los retos de futuro.

Además, según Valcarce, ambos reiteraron su firme apoyo a la industria europea de defensa.
Para Valcarce, el respaldo institucional del Gobierno, en coalición con Sumar, y el Parlamento a la industria es clave para consolidar el liderazgo de España en Europa. «No solo tenemos que ser fuertes industrialmente sino también institucionalmente», ha insistido.
Apuesta por la reindustrialización
La secretaria de Estado ha dibujado un panorama económico muy favorable que refuerza la capacidad de España de seguir invirtiendo en defensa, «asegurando un crecimiento en 2025 robusto, equilibrado y sostenible, en línea con el compromiso con la OTAN» de llegar a un gasto en defensa del 2 % del PIB en 2029.
En este contexto, ha subrayado la apuesta del Gobierno por la reindustrialización «poniendo especial atención» en comarcas afectadas por la descarbonización o por la reconversión industrial del pasado, y ha puesto el ejemplo de Asturias y Linares (Jaén), donde la industria de defensa hará fuertes inversiones estratégicas.

«Vivimos momentos con retos geopolíticos sin precedentes y una creciente necesidad de autonomía estratégica abierta», ha indicado Valcarce.
A su juicio, España está demostrando que su industria de defensa no sólo es un pilar esencial para la defensa y seguridad, sino también para la soberanía nacional, un motor de crecimiento económico, de innovación y de creación de empleo ante los nuevos desafíos europeos derivados de «la brutal agresión de Rusia a Ucrania».
Lo que pide la industria
Los representantes de la industria han coincidido en que no es suficiente un aumento presupuestario sino que es necesario agilizar los procesos de contratación, así como acabar con la incertidumbre mediante una ley de financiación o un pacto de Estado.
En representación de la UE, la consejera económica en la Representación de la Comisión Europea en España, Anna Armengol, ha explicado el plan de rearme europeo, al hilo del giro de la istración Trump y que mañana los líderes comunitarios discutirán en un consejo extraordinario en Bruselas.
Armengol ha hablado de dos fechas clave, una, precisamente mañana, en la que, ha dicho, habrá que estar muy pendiente de las conclusiones, y otra es el 19 de marzo, día en el que se publicará el Libro Blanco de Defensa, en el que ha estado trabajando la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas.
Se trata de una herramienta para aclarar y determinar los esfuerzos adicionales que necesita hacer la UE en el ámbito del desarrollo de las capacidades militares, el apoyo a Ucrania y las inversiones en defensa.
En esta jornada, a la que estaban invitados todos los grupos parlamentarios, solo han asistido PP, Vox y el PSOE, que han coincidido en respaldar a la industria militar en este nuevo contexto político más convulso, aunque no tanto en concretar qué porcentaje del PIB debería destinarse a gasto en defensa.