Bruselas (EuroEFE).- La Comisión Europea presentará a inicios de mayo una hoja de ruta para que la Unión Europea (UE) se aleje aún más de los combustibles rusos, en la que planteará vetar los nuevos contratos de importación de gas natural licuado (GLN), entre otras medidas.
El documento, todavía sometido a debate dentro del Ejecutivo, se presentará el 6 de mayo y consistirá en una «comunicación» con la que Bruselas quiere abrir el debate con los Estados , según informaron este martes fuentes europeas.
Bruselas no propondrá herramientas legislativas, sino que analizará ventajas e inconvenientes de diferentes medidas que podrían adoptarse, como vetar la firma de nuevos contratos con proveedores rusos en el mercado diario del gas (‘spot’), así como opciones para anular los contratos existentes y en vigor.
En caso de que se avance por la senda de romper los contratos, el Ejecutivo comunitario proveería a las compañías europeas con herramientas legales para que no tengan que asumir sanciones en tribunales de arbitraje por no honrar sus compromisos.
Tras el inicio de la guerra en Ucrania, la UE prohibió la importación de carbón ruso y prácticamente de todo el petróleo, pero el gas nunca ha sancionado.

El 13 % del gas que consume la UE es de Rusia
Rusia suministra ahora en torno al 13 % del gas que consume la UE, frente al 45 % antes de la invasión a gran escala sobre Ucrania, con lo que el poder de Moscú para desestabilizar al bloque comunitario utilizando la energía como arma es significativamente menor que en 2022.
En ese intervalo, Noruega y Catar han ganado peso como exportadores de gas hacia el mercado único, pero sobre todo Estados Unidos, que además planea aumentar su capacidad de suministro progresivamente hasta 2029, por lo que la seguridad energética de la UE ya no es tan delicada.
Los técnicos de la Comisión parten de que la UE aún seguirá importando grandes cantidades de gas durante al menos una década, pero las previsiones son que en 2040 los volúmenes hayan caído porque casi no se usará ese hidrocarburo para generar electricidad.
El esfuerzo en acelerar para alejarse del gas ruso se enmarca en la lógica de la UE de avanzar progresivamente hacia el abandono de todos los combustibles fósiles, subrayaron las fuentes.
El plan que proponga la Comisión también abordará las importaciones de combustible nuclear ruso, con sensibilidad hacia el hecho de que algunos Estados , especialmente del este, son muy dependientes porque las centrales se construyeron en época soviética y son de diseño ruso.