Abre al público la torre de la catedral de Badajoz gracias al Arzobispado de Mérida-Badajoz, que ha rescatado para la ciudadanía esta histórico inmueble, un proyecto que permitirá al visitante apreciar desde esta semana sus distintos tipos de campanas o relojes, cómo era la vida del campanero y muchos otros elementos de este entorno.
El director del museo de la catedral de Badajoz, Juan Román, ha afirmado, con motivo de una visita para los medios, que el objetivo es abrir las instalaciones al público el próximo miércoles.
La idea de adaptar la torre a visitas partió en diciembre de 2019, en coincidencia con la preparación del actual museo de la catedral, aunque su importante inversión provocó que el impulso de esta iniciativa no se rescatase hasta mayo de 2022.
El proyecto y la obra han estado marcados además por distintas vicisitudes, como, por ejemplo, la búsqueda de empresas que se embarcasen en esta singular iniciativa o el aumento de la inversión precisa respecto a las previsiones iniciales.
La intervención ha incluido la recuperación del edificio a través de la mejora de su aspecto y de la conservación de sus elementos patrimoniales, o la incorporación de un nuevo sistema de iluminación, de sistemas de protección o de elementos de señalización, entre otros.
La Torre
El proyecto, con una inversión de unos 100.000 euros, permite descubrir la importancia de este edificio desde la finalización de su construcción en 1544, ya que “sus campanas han marcado el ritmo de la ciudad durante muchos años”, ya que eran “el medio de comunicación de la urbe” para dar a conocer o alertar sobre distintos episodios.www.meridabadajoz.net/archidiocesis/catedral-de-badajoz
El visitante podrá conocer cómo era la vida y casa del campanero, especialmente en el caso del último que habitó este espacio, Daniel Perera (campanero desde 1949 a 1970), las distintas campanas y sus nombres específicos (siendo la más antigua la de la Santa Cruz, de 1549) o los diversos tipos de relojes (desde los de sol y los mecánicos a los actuales).
El ciudadano podrá apreciar además los nidos de cernícalos primilla, aves que tienen en este edificio su casa cada año de febrero a julio. Los 41 metros de altura y los 142 escalones (tras los cuales se accede además a vistas de toda la ciudad) del inmueble esconden por tanto una importante parte de la historia de la ciudad, la cual podrán conocer ahora pacenses y turistas. EFE