Santiago de Compostela (EFE).- Los restos del huracán Kirk, convertido en una profunda borrasca, han hecho aflorar la fragilidad y que sean visibles todos los desperfectos que su paso por la capital gallega ha dejado, desde el caos en el tráfico hasta los anegamientos y las ramas caídas sobre vehículos que estaban debidamente aparcados.
Circular en coche a primera hora de este miércoles por Santiago de Compostela permitía ver sucesivas balsas de agua, cortes de tráfico, pérdida de algún árbol centenario, complicaciones en las obras que hay actualmente en la ciudad por material desprendido, contenedores desplazados o tumbados, señales ladeadas, destrozos en el mobiliario urbano y movilización de algunas brigadas y operadores de redes ante interrupciones en el suministro eléctrico.
Pese a que las autoridades educativas no han suspendido las clases, han sido varios los padres que no han llevado a sus hijos a primera hora, algo que se ha notado en los colegios, y no menos son los casos en los que los alumnos han llegado tarde debido al tiempo que los vehículos han estado parados por las diferentes incidencias.