Barcelona (EFE).- La fiesta de Sant Jordi vuelve a transformar Barcelona y otras ciudades y pueblos de Cataluña, con multitudes en sus calles, con ciudadanos en busca de un libro y otros muchos con rosas en sus manos desde primeras horas de la mañana, en una jornada imbatible, en día laborable, y con buena climatología.
Si el sector del libro y las flores llevaban días mirando el cielo, hoy, en el ya tradicional desayuno de Sant Jordi en el Palau de la Virreina, editores, escritores y libreros se mostraban felices porque en la capital catalana, epicentro de la jornada, a primera hora ya parecía que el sol iba a ser protagonista y no habría sorpresas de lluvias ni tormentas inesperadas.

Varias personas buscan libros en una parada en el Paseo de Gracia de Barcelona durante la Diada de Sant Jordi. EFE/Alejandro García