San Millán de la Cogolla (La Rioja), (EFE).- Científicos, periodistas, divulgadores juristas y activistas han coincidido en que, para mejorar la efectividad de la comunicación sobre el cambio climático, son necesarios mensajes positivos, que contrasten con el catastrofismo que a veces se extiende por los medios de comunicación y, sobre todo, por internet y las redes sociales.
Esta es una de las principales conclusiones del XVI Seminario Internacional de Lenguaje y Periodismo sobre «Cambio climático: lenguaje y comunicación», que ha clausurado este viernes la reina Letizia en el monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla (La Rioja), Patrimonio de la Humanidad por ser considerado cuna del castellano.
El seminario, organizado por la Fundación San Millán de la Cogolla y la Fundación del Español Urgente FundéuRAE, formada por la Real Academia y la Agencia EFE, ha concluido con una mesa de conclusiones, en la que ha participado doña Letizia, quien ha planteado diferentes preguntas a los asistentes.
«Esta es una situación grave, pero necesita de mensajes positivos», ha subrayado el director de EFEVerde, Arturo Larena, quien ha incidido en la «especial responsabilidad» que tienen los medios de comunicación en este campo.
Porque «podemos ayudar a crear conciencia de la gravedad de esta situación», pero, «para eso, hay que dar voz a fuentes solventes, emplear un lenguaje claro y preciso e invertir en la formación de periodistas ambientales»; así como «itir que nos va a tocar dar muy malas noticias porque la realidad es la que es».
Lenguaje claro ante los bulos
La paleontóloga Laia Agilet ha abogado por hacer «una información clara, con lenguaje común» sobre cambio climático, «pero sin rebajar el nivel del conocimiento científico»; y difundir que «estamos inmersos en un acontecimiento extraordinario provocado por el hombre», algo que, «a la vez, nos lleva a combatir muchos bulos».
Por su parte, la meteoróloga Isabel Moreno ha avalado «el esfuerzo que se está haciendo desde la ciencia para traducir su lenguaje» y ha apostado, para comunicar sobre el cambio climático, por poner «el foco en lo que se puede ganar» con las medidas que se tengan que adoptar y «no solo en las consecuencias malas».
Clemente Álvarez, coordinador de la sección de Medio Ambiente de El País, ha añadido que «tenemos que ser honestos» al hablar de crisis climática y «acercanos más a la gente» porque informar desde un punto de vista alejado «produce descreimiento, sobre todo si solo hablamos en negativo».
Además, la responsable de Ciencia y Medio Ambiente en El Mundo, Teresa Guerrero, ha itido que «podemos hacerlo mejor» al informar de estas materias porque, así, «podremos combatir el negacionismo y el excepticismo», a pesar de que «hay que reconocer que no existen respuestas infalibles».
Para el matemático y divulgador Eduardo Sáenz de Cabezón, «transmitir mensajes de culpa, de que todo lo hacemos mal, provoca desafección, sordera y nos lleva al pesimismo», pero «puede haber esperanza con implicación y consenso».
Diferentes palabras
La presidenta de la Agencia EFE, Gabriela Cañas, ha sugerido que «plantear todo el rato diferentes palabras para definir lo mismo denota impotencia», en alusión a cómo el cambio climático ha pasado a ser crisis climática o emergencia climática.
Algo que, para ella, también se debe a que desde los poderes públicos «falta fuerza para mantener decisiones en el tiempo» y «esa inacción nos lleva a jugar con las palabras».
«Empezamos hablando de cambio, luego dijimos que era una crisis porque así parece algo pasajero, y ahora se emplea emergencia, que también es algo que se pasa», ha señalado el periodista y escritor Álex Grijelmo, cuya propuesta es «hablar de amenaza climática», ya que «esa palabra lleva implícita que es una aviso de un mal».