Logroño, (EFE).- La Fundación Miguel Ángel Blanco ha inaugurado este viernes en el Ayuntamiento de Logroño la muestra «La voz de las manos blancas» con la que quiere rendir un homenaje «a la dignidad de las víctimas» y, sobre todo, «no olvidar lo que ocurrió, lo que fue ETA y que los más jóvenes conozcan lo que se vivió en España y en el País Vasco.
Así lo ha asegurado la directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta, que ha participado en la inauguración de la muestra, que puede verse hasta el 11 de agosto, junto al alcalde de Logroño, Conrado Escobar.
Cuesta ha repasado la exposición y ha detallad que se divide en tres bloques, todos ellos mediante fotografías recopiladas de medios de comunicación, principalmente, muchas de ellas de la Agencia EFE.
La muestra comienza con la imagen icónica de Miguel Ángel Blanco con diferentes mensajes de apoyo de ciudadanos anónimos escritos sobre el cartel en el puede verse su cara, que fueron recopilándose durante su secuestro, que finalizó con su asesinato el 13 de julio de 1997.

No abrumar, pero sí poner en contexto a ETA
«No hemos querido abrumar con fotografías terribles, pero sí estudiar qué fue el terrorismo en España para no obviar de qué hablamos, y poner en contesto qué fue ETA», ha afirmado.
Por eso, la muestra comienza con fotografías en blanco y negro, de los primeros años de la banda terrorista, desde el asesinato del Guardia Civil Pardines, en junio de 1968, considerada la primera muerte provocada por ETA, a la primera masacre, la de la cafetería Rolando en Madrid, en septiembre de 1974, con 13 muertos «que se quedaron en el limbo» ya que no se reconoció la autoría de ETA hasta 2018.
Cuesta, cuyo padre, riojano, fue asesinado por ETA en 1982, ha recordado las amenazas y muertes, como es su caso, que afectaron a empresarios o altos cargos de empresas.
«Así vivimos en las décadas de plomo», ha dicho, y ha incidido en que «en el País Vasco y Navarra a algunos chavales se les sigue explicando que ETA actuó contra el franquismo» y eso «es una falacia» porque «el 95 % de las víctimas fueron en democracia» y eso es lo que queremos transmitir a los jóvenes, que conozcan lo que vivieron muchos padres en esos años.
De hecho, ha recomendado visitar la muestra «con niños» para «no olvidar» y así conocer la realidad de ese tiempo y de «unos hechos que no tenían que haber pasado, pero ETA mató por lo que representaban estas personas» como en el caso de Miguel Ángel Blanco.
La muestra, que recuerda en sus fotos a la Casa Real o víctimas como Enrique Casas, también tiene un apartado especial para las 18 víctimas riojanas de ETA «porque esta fue una tierra en la que la banda actuó desde el principio» ha dicho «pero también fue una tierra de acogida para muchas personas que tuvieron que salir del País Vasco».