Logroño (EFE).- El concurso agrícola de La Rioja cumple este domingo su edición 55 con 18 productores que no solo dan a conocer la calidad de los productos de zonas típicas de huerta, como Varea o Lardero, sino que exponen nuevas tendencias en el cultivo, como la agricultura regenerativa, que da un paso más allá de la agricultura ecológica.
El paseo del Espolón de Logroño es el escenario de esta muestra que continúa una tradición que sirve de preludio a las fiestas de San Mateo y que se creó para exponer en la ciudad el potencial del campo riojano.
Pero desde hace décadas esta muestra es también un concurso en el que los productores compiten por diferentes premios en base al tamaño y al aspecto de las frutas y hortalizas con las que llegan a Logroño; y un gran mercado, en el que miles de personas pueden tener en pocos metros la oportunidad de elegir entre productos que todo el año se encuentran dispersos en tiendas y mercados.
Además es una buena oportunidad para poner en común los problemas de un sector siempre amenazado por la climatología, la subida de precios y, cada vez más, por las grades superficies comerciales.
Mayor respeto a los suelos
Este año las conversaciones también han ido a otro tema, la nueva agricultura ecológica, conocida como agricultura regenerativa que, en cierto modo, busca volver a cómo se hacían las cosas en las huertas hace muchas décadas, no solo sin productos químicos -como la ecológica- sino también respetando los ciclos naturales de la tierra.
En realidad, el respeto al suelo no hace que estas producciones sean inferiores, sino que se consigue que el suelo produzca más de forma natural, como haría si no se modificara de ningún modo y sin aportar ningún elemento químico.
Uno de los productores que se han decantado por esta forma es «La huerta de rizos» de Albeda de Iregua, que empezó hace más de un lustro en el sector de la agricultura ecológica y ahora ha dado «un paso más» hacia este tipo de producción regenerativa.
«Cuando empezamos, como jóvenes que somos, no entendíamos otra forma de hacer las cosas que cuidando el medio ambiente y la salud de las personas», ha explicado a EFE una de las propietarias de este negocio que ha llevado sus productos a El Espolón, Ana Lafuente.
Cree que «cada vez la gente está más abierta a estos alimentos» en cuya producción no hay elementos químicos.
«Lo que hacemos ahora destaca por apostar por una labranza mínima de la tierra, control de hierbas mediante textiles y, sobre todo, cuidar el suelo con métodos preventivos de las plagas», ha destacado y ha explicado que «hemos dado este paso porque hemos descubierto que aumenta la producción».
El sector agrícola en general y la huerta en particular «es algo muy complicado» porque «el año que no hiela, graniza y el que no hay demasiado calor» y «este año no ha sido una excepción, sobre todo para el tomate» y «cada vez es un reto, pero estamos contentos y podemos seguir» en parte porque «cada vez la diferencia de precio es menor, porque muchos productos convencionales han subido muchísimo».