Íñigo Zabala | Logroño, (EFE). – Era el año 1902 y el entonces gobernador civil José Muñoz y del Castillo “planteó en un pleno de la ciudad de Logroño la posibilidad de crear una galería de retratos de alcaldes e ilustres”, así ha explicado a EFE la responsable del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Logroño, Isabel Murillo, cómo surgió el actual Salón de Retratos del Consistorio.
Muño y del Castillo “quería que Logroño siguiese el ejemplo de otras ciudades de Europa y tener así una galería de retratos de alcaldes e ilustres”, ha recordado Murillo quien ha apuntado que “la moción se aprobó por unanimidad” con el visto bueno del por entonces alcalde de la ciudad, Francisco de Paula Marín.
De esta forma, el gobernador estableció la fecha de 1902 como inicio de una decisión que se iba a convertir, como así quedó rubricado en la moción, “en algo rutinario”, pero en el que se intentó recuperar retratos de alcaldes anteriores a ese año para completar la galería.
El primero, el marqués de San Nicolás
Así se empezó a construir lo que es ahora “un ejercicio de representación de la memoria”, en el que el retrato de Diego de Francia Allende, el marqués de San Nicolás pertenece al primer alcalde de los 32 que hay colocados en el salón, ha destacado Murillo.
Aun así, y pese a los intentos por recuperar la mayoría de los retratos, no todas las personalidades que fueron alcaldes a partir de 1902 tienen su homenaje expuesto en el Ayuntamiento ya que “hay 32 y deberíamos tener 46, principalmente porque algunos, en épocas convulsas como la II República, fueron alcaldes durante tres o cinco meses”, ha detallado a EFE el cronista de la ciudad, Federico Soldevilla.
Por ello, Murillo ha comentado que “hace muchos años”, un descendiente de Segundo Crespo (alcalde de la ciudad en la primavera de 1873) se acercó al Ayuntamiento con una fotografía suya al darse cuenta de que Crespo no aparecía en el Salón de Retratos.
Un episodio que entronca a lo que sucedió el pasado mes de agosto cuando la sobrina bisnieta del que fue el sexto alcalde de Logroño durante la Restauración, Pablo Sengáriz y Rodríguez, donó al Ayuntamiento un retrato que tenía en el ático de su casa en Las Rozas (Madrid).
“El salón da notoriedad al Consistorio, es importante que haya un espacio que recopile la historia de Logroño en todos sus momentos y épocas”, ha subrayado Soldevilla.
Es por eso por lo que esa historia y legado no se podía perder tras el traslado (en 1980) de las dependencias municipales del Palacio de los Chapiteles al actual edificio ideado por Rafael Moneo.
Un cambio que fue a mejor porque en Chapiteles “los cuadros y retratos estaban expuestos en diferentes dependencias” ya que “no había salas tan grandes como la actual”, concluye Murillo.