Pilar Mazo|
Logroño (EFE).- Logroño revive este fin de semana las fiestas de ‘Las Brujas de Zugarramurdi’, que conmemoran Auto de Fe de 1610 de esta ciudad, que cada año «alcanzan más fuerza» y que llegan «consolidadas» a esta décima edición en lo que es un sentimiento de rechazo a lo que representaron las prácticas de la Inquisición.
Así lo ha explicado a EFE Carmen Domínguez, presidenta de la Asociación Histórico Cultural Guardias de Santiago, que organiza esta vistosa iniciativa, en colaboración con la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño.

Recreación del Auto de Fe de 1610 de Logroño a cargo de la Asociación Histórico Cultural Guardias de Santiago. EFE/Raquel Manzanares
Los centenares de personas que congrega esta actividad, entre ellas ciudadanos de Logroño, pero también visitantes, explica el cambio de emplazamiento de los actos al Paseo del Espolón, respecto a la Plaza de San Bartolomé, de un tamaño más pequeño, donde se celebró en sus inicios esta iniciativa.
El Paseo del Espolón se ha convertido desde ayer, viernes, festividad de Todos los Santos, en un colorido mercado, al que se añaden diversas actividades, como animación teatral y musical, magia y cuentacuentos, entre otras.

Un momento del espectáculo de recreación del Auto de Fe de 1610 de Logroño. EFE/Raquel Manzanares
Mirar al amigo y al vecino
Según Domínguez, ha calado en la sociedad el sentimiento contra lo que supuso el Auto de Fe de Logroño, celebrado los días 7 y 8 de noviembre de 1610, que «fue el más sonado de España», y en el que se puso en juicio a 53 personas -31 navarras de la zona de Zugarramurdi y Urdax- , de las que once fueron quemadas, al ser acusadas de brujería por un proceso inquisitorial.
Esta Asociación logroñesa, con trajes de época, hace posible que cada año se conmemore en esta ciudad ese Auto de Fe, convertido en el que está considerado como el juicio más célebre y controvertido de la Inquisición en España.
«Es un acto que hacemos los logroñeses con mucho cariño en respeto a esas personas que fueron quemadas» y es algo que «conmociona a la gente», ha detallado Domínguez.
Ha subrayado también que los tiempos han cambiado desde aquel proceso inquisitorial, pero actualmente se vive un momento de cierto «caos», en el que, en general, la sociedad «no mira al vecino y al amigo» .
Es «importante» cambiar esa percepción, que es también el mensaje que subyace en la recreación de este acto.
Domínguez ha valorado e incidido en la respuesta de público a estas representaciones, que cada vez congregan a más personas, y que a esta Asociación «nos exige trabajar más duro» cada año en la organización de actividades culturales y educativas para que «se haga cada vez más grande».
Aquelarre, danza y fuego
Este año, son más de una treintena los actos que se desarrollan durante las tres jornadas, entre los que destacan el mercado de la brujería, una exposición sobre la justicia en el siglo XVII, representaciones teatrales, un homenaje a las víctimas y un espectáculo de danza y fuego.
El punto álgido se ha celebrado en la tarde-noche del sábado, 2 de noviembre, en la Concha del Espolón con la puesta en escena, por parte de esta Asociación, del juicio y la condena que terminó con la ejecución de cinco hombres y seis mujeres en 1610, quienes fueron acusados de brujería por la Santa Inquisición, ha incidido.
Antes de la representación, el Parque del Ebro ha sido escenario de un aquelarre con la entrada de los jueces inquisitoriales y los guardias, quienes irrumpirán en escena para apresar a las ‘brujas’.