Sergio Jiménez Foronda | Ventosa (La Rioja), (EFE).- Una gran vidriera de ocho metros cuadrados, que configura la obra ‘Cromatismo del Camino’, une el simbolismo espiritual y la vanguardia del siglo XXI en la Ruta Jacobea a su paso por la localidad riojana de Ventosa y se suma a las que ya tiene este recorrido de peregrinación en municipios como Burgos y León.
Así lo ha afirmado a EFE el autor de esta obra, el artista ‘Resaks’, con motivo de la inauguración este sábado de ‘Cromatismo del Camino’, una pieza que une el arte de las vidrieras y del grafiti dentro de la iniciativa ‘1 kilómetro de arte’ en Ventosa, un municipio con cerca de 200 habitantes.
‘Cromatismo del Camino’ es “una obra que está viva y que, en cierto modo, es cinética, cambiante y nada estática, no es como un cuadro tradicional, sino que interactúa mucho con el espectador”, ha destacado.
‘Resaks’, quien prefiere permanecer en el anonimato bajo este pseudónimo, ha explicado que “el grafiti es una corriente pictórica y artística que, posiblemente, sea la más grande a nivel plástico, puesto que se encuentra presente en un montón de países, culturas y continentes”.
El grafiti, ha incidido, es «una demanda actual del ser humano, eso está claro y se evidencia en las calles de casi cualquier ciudad a la que puedas ir”, de ahí su propuesta de construir una colorida vidriera de grandes dimensiones basada en esta corriente artística.
Los cristales de la vidriera que ha construido junto a su equipo tienen propiedades y características especiales, como que dejan pasar la luz y pueden proyectarla con el color del cristal, lo que permite “la idea un poco poética de iluminar el Camino de Santiago”.
La inauguración de ‘Cromatismo del Camino’ coincidirá con el atardecer y espera que haga buen tiempo para que se ilumine por detrás y proyecte los colores de la vidriera sobre el recorrido y los asistentes al acto, ha subrayado.

Una obra viva y cambiante
‘Resaks’ ha señalado que, durante el proceso de elaboración de esta obra de arte, se han encontrado, sobre todo, con dificultades técnicas, ya que «tiene un peso considerable y en Ventosa hace mucho viento, pero ha habido un ingeniero que ha desarrollado toda la parte técnica para garantizar la seguridad y estabilidad”.
Ha añadido que, en las vidrieras, “la unión de los cristales se hace con plomo, que es un material bastante dúctil, por lo que los vidrios no se pueden hacer de mucho tamaño porque se doblan”.
La solución, ha continuado, ha sido hacer una estructura de metal que divide en 10 paños la vidriera y, a la hora de dibujar, se han tenido en cuenta esas divisiones y se han creado las letras en base a ellas.
Una vez concluido el trabajo de construcción, “estoy muy contento con el resultado, creo que ha quedado muy bien y he disfrutado mucho del proceso, de conocer a la gente de Ventosa» y de trabajar con distintas empresas, tanto para crear la estructura de hierro, el armazón, como para hacer las vidrieras, ha asegurado.
Sobre qué reacción le gustaría despertar en los caminantes que atraviesen este punto de la Ruta Jacobea, ha indicado que, sobre todo, espera “sorprenderles con un elemento con tantos colores y tantas variaciones», ya que «no es lo mismo si pasas y lo ves a una hora del día que si lo observas a otra” por el reflejo de la luz en los cristales.