Rebeca Palacios |
Logroño (EFE).- La Asociación Riojana de Niños con Altas Capacidades (ARNAC), que cumple 20 años orientando y asesorando a las familias, ha conseguido «visibilizar» la superdotación en la sociedad, pero aún tiene que trabajar para «desmontar falsos mitos» y lograr una mayor implicación de algunos educadores, ha dicho a EFE su presidenta, María José Arpón.
En 2005, Rosario Miguel, Adita Sáinz y Olga Rioja fundaron esta asociación con el objetivo de informar y sensibilizar sobre las necesidades de los menores con altas capacidades y sus familias, además de organizar programas de intervención específica.
Dos décadas después, ARNAC cuenta con unas 230 familias asociadas, que reciben asesoramiento en las etapas más tempranas, ante la desorientación que produce en algunos padres la identificación de las altas capacidades, y también pueden participar en numerosas actividades formativas, tanto para los niños, como para las familias.

De ese pequeño grupo de padres preocupados por dar a sus hijos «la oportunidad de colmar sus curiosidades» se ha conseguido avanzar hasta cubrir muchas de las necesidades de los niños con altas capacidades y que la sociedad las perciba «como algo beneficioso», ha relatado Arpón.
Pero aún quedan «mitos» sobre la superdotación, porque no todos los niños son brillantes en todas las áreas, sacan notas excelentes y son unos pequeños genios, ya que este potencial también puede arrastrar a los menores a sufrir acoso en el aula, un fracaso escolar, e incluso, el abandono de los estudios.
«Este es un camino difícil que nos queda por recorrer, pero cada vez aparece en los medios de comunicación como un fenómeno más normalizado», ha relatado.
Indicios en casa
Algunos padres «sospechan» en sus hijos la posibilidad de que tengan altas capacidades por rasgos como: una precocidad al leer y al hablar, el uso de vocabulario amplio, intereses impropios de su edad, alto nivel de conciencia social, mucha memoria, gran curiosidad y un sentido de humor ligado a la ironía, entre otros.
Aparte de presentar una capacidad intelectual superior a la media, algunos muestran talentos especiales en música, pintura o artes escénicas, que aprenden de forma autodidacta e independiente.

Muchos de los casos de altas capacidades se identifican en el aula, algunos en la etapa de infantil, y en ocasiones por problemas de comportamiento derivados de la falta de interés hacia los contenidos académicos.
Entonces, el equipo de orientación del centro educativo tiene que comprobar si el niño realmente tiene altas capacidades a través de un test, el problema es que, algunos están «desbordados» por la carga de trabajo y los padres acaban recurriendo a la psicología privada para conseguir la identificación.
El siguiente «problema» al que se enfrentan algunos padres, una vez lograda la identificación, es que el equipo directivo se niegue a cubrir las necesidades específicas de apoyo educativo a las que tiene derecho un alumno con altas capacidades.
Negacionismo social
A la negativa de ser atendidos en su centro educativo, se suma cierto rechazo social, ya que, «en casos de niños precoces, hay gente que cree que los padres les han enseñado a leer o escribir en su casa», ha explicado la presidenta de ARNAC.
Además, ha agregado, hay niños que «sienten curiosidad y avanzan más rápidos que otros de su edad en algunas materias, pero algunos profesores niegan las altas capacidades porque creen que deberían destacar en todas las asignaturas».

Una mejor preparación de algunos docentes en el ámbito de las altas capacidad es otra de las reivindicaciones de ARNAC, aparte de una mayor implicación de los equipos de orientación.
Este «negacionismo» de la superdotación provoca que algunas familias prefieran no comunicar al centro la alta capacidad de sus hijos, para que pase «desapercibido», de modo que hay muchos casos «silentes», principalmente entre niñas.
Por ello, aunque muchos centros desarrollan un trabajo «fantástico» en la atención de las altas capacidades, ha constatado que se atiende más al alumnos con otras neurodivergencias o trastornos del aprendizaje.
Recursos extracurriculares
El Gobierno de La Rioja ha puesto en marcha este curso el Proyecto NERES, con el objetivo de prevenir el fracaso escolar, el malestar emocional y las alteraciones de la conducta, mediante el cribado, diagnóstico y tratamiento de los trastornos del neurodesarrollo.
Sin embargo, muchos centros educativos riojanos han rechazado participar en este programa, una oportunidad que «podría acelerar la identificación temprana de altas capacidades e intervenir con niños con otras neurodivergencias».
Desde la atención a la diversidad, la Consejería de Educación desarrolla desde 2014 el Proyecto Explora, con el objetivo estimular el desarrollo de capacidades en los alumnos más curiosos y más motivados por aprender, aunque también está abierto a estudiantes con alto rendimiento.

Específicamente para altas capacidades, los viernes y sábados se desarrolla en la Universidad de La Rioja el programa de enriquecimiento extracurricular ‘UR Talent’, en el que este curso participan 290 menores de entre 5 y 17 años con actividades STEAM y de equilibrio emocional.
En verano, ‘UR Talent’ ha organizado un campamento bilingüe que ha colocado a La Rioja como «un referente» en España y fuera, ya que participan niños de otros países.