Logroño, (EFE).- La Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja ha sabido, a lo largo de un siglo, respetar su autenticidad, trabajar con entusiasmo y pragmatismo y, a la vez, mirar siempre al futuro «para cumplir otros cien años», ha afirmado este jueves el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Planas ha intervenido en Logroño en el foro ‘Marcas españolas. Desconchando éxitos y oportunidades para los próximos 100 años’, organizado con motivo del centenario de la DOCa Rioja, a la que pertenecen las comunidades riojana, vasca y navarra.
En el foro, organizado por el Consejo Regulador de la DOCa en colaboración con Europa Press, han participado representantes de algunas marcas españolas de prestigio, como Barceló Hoteles, Air Nostrum, FCC y la bodega Marqués de Murrieta, donde se ha celebrado este acto, en el que también ha intervenido los presidentes del Gobierno riojano, Gonzalo Capellán; y de esta Denominación, Fernando Ezquerro.
«Hay mucho por lo que brindar y también mucho por lo que reflexionar», ha afirmado el ministro, para quien los viticultores de esta denominación «tienen mucho que decir en la proyección de España».
Porque, ha asegurado, el vino es «una seña de identidad» de España, con sus 107 denominaciones de origen, entre las que «Rioja es una referencia indiscutible, aporta un sello de calidad garantizada» y «se ha convertido en algo más que una bebida, es un alimento que forma parte de nuestra idiosincrasia».
Planas ha recordado que España cuenta con 914.000 hectáreas de viñedo, lo que supone el 28 % de la superficie de Europa y el 13 % del mundo; y es el segundo productor mundial de vino y el tercer exportador.
Tradición y autenticidad
En ese panorama, «Rioja es fundamental y tiene una posición destacada», con unas ventas anuales de 325 millones de botellas de vino, pero también por «su carácter emprendedor, el cuidado a la tradición y a la autenticidad y por la modernidad sin perder la esencia», algo que «puede dar oportunidades de éxito a las nuevas generaciones».
Ha destacado el «cuidado a la tierra» de esta denominación, que es «pionera» en técnicas y métodos de producción, siempre para «poner en valor la autenticidad».
Rioja es «una denominación viva, con vocación de futuro para otros cien años»; y ha pedido «tener en cuenta los cambios en los gustos de los consumidores» porque éstos «siempre tienen razón y hay que ser capaces de seguir sus exigencias».
«En un mundo que gira, hay que saber cambiar y adaptarse, también Rioja», ha afirmado el ministro, quien ha aludido a cómo ahora existen vinos con menor graduación o ecológicos.
Ha abogado por la diversificación de mercados y, en este sentido, ha explicado que si culmina de forma definitiva el acuerdo entre la UE y los países de Mercosur, «puede haber una gran oportunidad» para el sector del vino.
Un pacto que dura ya un siglo
Capellán ha subrayado que Rioja es parte de un proyecto común, que es España, porque es «una de las marcas más grandes del país».
Ha destacado las «raíces profundas» que ponen en el Rioja centenares de empresas familiares y ha defendido que «esta Denominación ha sabido superar momentos de dificultad con tenacidad, ingenio y talento».
«Hoy no solo celebramos cien años, sino el resultado de un gran pacto que se hizo entonces para defender algo común, algo más que un negocio, una historia de vida y una cultura», ha subrayado.
En 1925 «dimos una lección al unir a mucha gente distinta» y «hoy damos ejemplo a España», ha dicho, en alusión a la presencia en la DOCa Rioja de las comunidades riojana, vasca y navarra.
Por su parte, Ezquerro ha incidido en que este centenario es «la historia de una tierra privilegiada, de gente que ha sabido extraer lo mejor de ella» y «de gente que tuvo una visión pionera y valiente para entender que había que proteger nuestra identidad».
«Cumplir cien años es una lección de resiliencia, de visión a largo plazo, de saber evolucionar sin perder la esencia y eso es lo que compartimos entre más de 13.000 viticultores y unas 600 bodegas», ha indicado, que «han sido capaces de vender 900.000 botellas al día en un contexto complicado y desfavorable», aunque se ha preguntado «cuándo ha sido fácil».
Ha considerado que «Rioja sabe mucho de resistir, de ser contemporáneo y, a la vez, conservar la esencia» y, así, «afronta desafíos como el cambio climático, el cambio en hábitos de consumo o el relevo generacional», ante los que «ser lo que somos nos permitirá cumplir otros cien años».
