Caracas (EFE).- Las elecciones locales y regionales de Venezuela avanzan este domingo con retrasos en la organización de las mesas y con algunos apagones en centros de votación, así como con una baja afluencia y calma en los colegios, ante unos comicios a los que acude la oposición por primera vez en un lustro.


Según la ONU, cerca de 6 millones de venezolanos han emigrado de Venezuela ante la crisis que vive, lo que supone, según algunos estudios, cerca del 25 % del censo electoral.
Acerca de la observación electoral en estos comicios, que cuentan con la primera misión de este tipo enviada por la Unión Europea en 15 años, Capriles destacó que ellos vienen a hacer su trabajo y no la labor que desempeñan algunos veedores invitados por el Gobierno que, a su juicio, «vienen a hacer turismo político en el país».
Eso forma parte, según denunció, de la forma de actuar del PSUV que «no termina de aceptar que hay reglas, que hay leyes» para los comicios.
Negó que acudir a las urnas implique «legitimar a Maduro», sino «todo lo contrario»: supone expresarse «contra el Gobierno».
En todo caso, señaló que no se puede esperar que haya una participación como la que se registra en las elecciones presidenciales.
En el oficialismo, el presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), Jorge Rodríguez, se unió a los llamados a la votación y, como Calzadilla, restó importancia a las incidencias.
Para el también jefe de la delegación oficialista en las negociaciones con la oposición, «esta elección es consecuencia directa de los distintos diálogos» entre las partes.
También celebró, al igual que su hermana y vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, que la oposición venezolana se presente a las elecciones por primera vez en un lustro, especialmente porque «algunos de los que llamaron a la violencia, hoy están participando en el evento electoral y son candidatos».