Imagen de las protestas que se produjeron en Nueva Caledonia en agosto de 2009,a las afueras de Numea, la capital. EFE/STR

Graves revueltas en Nueva Caledonia mientras París estudia la revisión constitucional

París (EFE).- Jóvenes independentistas de Nueva Caledonia protagonizan una revuelta contra un proyecto de enmienda constitucional que se debate en París con graves enfrentamientos que han acabado con 54 agentes heridos, la quema de más de medio centenar de fábricas y viviendas y la imposición del toque de queda, según fuentes oficiales.

En Noumea, la capital de este territorio insular situado a 17.000 kilómetros de la metrópoli, en el Pacífico sur, los manifestantes han incendiado automóviles, viviendas y fábricas, saqueado tiendas y se han enfrentado con armas a las fuerzas del orden, de acuerdo según fuentes oficiales.

Las protestas estallaron el lunes en coincidencia con el comienzo del debate de una reforma de la Carta Magna que, según los independentistas, prevé cambios en el censo electoral que diluyen el peso de la población autóctona.

El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, pidió que la calma vuelva al territorio, denunció «disparos con armas de gran calibre, con carabinas de caza, contra los gendarmes» y anunció la puesta en marcha de un toque de queda en Noumea por el tiempo que sea necesario y el envío de refuerzos policiales.

Según Darmanin, 54 agentes han resultado heridos en los enfrentamientos, «algunos de ellos de gravedad».

También denunció el acoso que sufren las familias de los policías instalados en el archipiélago. «Algunos han tenido que abandonar sus domicilios tras haber sido blanco de disparos», indicó el ministro.

Prohibida la venta de alcohol

El alto comisionado de la República, Louis Le Franc, representante del Gobierno en Nueva Caledonia, afirmó que al menos 50 fábricas han sido incendiadas y otros tantos comercios, además de algunas viviendas, lo que ha obligado a residentes a abandonarlas.

Le Franc anunció también que se prohíben las concentraciones en la capital, además de la tenencia de armas y la venta de alcohol en el archipiélago, al tiempo que invitó a sus 270.000 habitantes a permanecer en sus casas.

El comisionado dijo que cuatro escuadrones de antidisturbios llegarán en las próximas horas desde la metrópoli.

El Gobierno autónomo de Nueva Caledonia, por su parte, pidió calma a la población y «responsabilidad a los ciudadanos y a los representantes políticos, institucionales, tribales, religiosos, asociativos y familiares».

El ministro francés de Interior, Gerald Darmanin.
El ministro francés de Interior, Gerald Darmanin. EFE/EPA/Geoffroy Van Der Hasselt

«Ningún motivo de descontento, de frustración o de cólera justifica que se destruya lo que el país ha construido durante décadas y se hipoteque su futuro», agregó el Gobierno local.

Además, ordenó el cierre de escuelas e institutos, mientras que la aerolínea local Aircalin ha suspendido todos sus vuelos y el aeropuerto internacional permanece cerrado.

Reforma electoral

En el origen del conflicto la reforma constitucional que prevé cambiar el cuerpo electoral, establecido desde 1998 y que el Gobierno francés considera que priva de derecho al voto a un quinto de la población.

Aprobada ya por el Senado, la cámara baja debía votar la reforma este martes, pero la oposición de izquierdas presentó un elevado número de enmiendas que ha retrasado el calendario.

Esta reforma se produce a petición de una parte de la población residente en el archipiélago, procedente de la metrópoli, que ve como el bloqueo del censo les priva de derecho al voto.

Según los acuerdos firmados en 1998, Nueva Caledonia ha celebrado tres referéndum sobre su independencia, todos ellos con triunfo de los partidarios de seguir siendo Francia, el último de ellos en diciembre de 2021, boicoteado por los independentistas.