Javier Otazu |
Bedminster (EE.UU.) (EFE).- El expresidente Donald Trump, víctima ayer de un atentado fallido durante un mitin político en Butler (Pensilvania), pasó el domingo recluido en el club de golf de Bedminister, en Nueva Jersey, de su propiedad.
Los s al club de golf en este paraje boscoso de Nueva Jersey han sido cerrados este domingo tanto por el norte como por el sur, y los distintos caminos que conducen a las instalaciones estás resguardados por los servicios de seguridad, que solo permiten el a algunos vehículos, y están extremando la seguridad alrededor del exmandatario.
A los periodistas los obligaron a situarse a unos 5 kilómetros de los s, junto a la biblioteca pública de Bedminster. Muchos de ellos llevan varias horas apostados en el lugar con la única esperanza de ver salir su comitiva por la carretera cercana en algún momento del día, aunque también podría salir por helicóptero o incluso no salir hasta mañana.
Estado de Trump
Trump, al que ayer se vio en aparente buena forma solo horas después del atentado -bajó las escaleras del avión por su propio pie al llegar al aeropuerto de Newark-, ha prometido estar mañana en la convención del Partido Republicano donde se proclamará su candidatura y donde podría designar a su vicepresidente.

Aprovechando la presencia de los periodistas, un grupo de fanáticos de Trump desafiaron las temperaturas de este domingo y montaron una pequeña manifestación de apoyo junto a un cruce de carreteras, a la que iban sumándose los vecinos de este lugar rural con poca urbanización.
Eran numerosos los vehículos que pasaban a su lado y tocaban repetidamente el claxon para apoyarlos, o que sacaban el pulgar por la ventanilla para darles ánimos. Muchos de ellos llevaban banderas estadounidenses al viento u otras con el lema «Make America Great Again».
Seguidores apoyan
Una de las manifestantes, Nancy, de 65 años, con un vestido xerografiado con un montaje de fotos del expresidente, asegura que Dios tiene marcado el destino de cada cual y ayer no era la hora de Trump; sobre el atacante, dijo que «todos los que odian a Trump saben que solo matándolo pueden impedir su victoria».
A bordo de su Harley Davidson llegó Miguel Madero, un puertorriqueño que trabaja en la construcción y que salió porque cree que solo Trump «puede salvar a este país del socialismo», una idea que según él comparten todos sus clientes con los que habla de política.

Todos los participantes en esta pequeña manifestación culparon a la prensa por lo sucedido ayer, pues según ellos los medios de comunicación «mainstream» (dominantes) llevan ya tiempo sembrando una retórica de odio contra los republicanos en general y Donald Trump en particular que ha desembocado en este intento de magnicidio.