Indígenas pertenecientes a los 'Ponchos Rojos' participan en una protesta este miércoles en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

Afines a Evo Morales levantan bloqueo de 9 días y el Gobierno de Bolivia reporta «grandes» pérdidas

La Paz, (EFE).- Indígenas afines al expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) levantaron este miércoles un bloqueo de caminos en el altiplano de La Paz que mantuvieron durante nueve días, medida que según el Gobierno de Luis Arce generó «grandes» pérdidas económicas estimadas en unos 376.602 dólares.

Los indígenas que pertenecen a la Federación Campesina Túpac Katari, conocidos como ‘ponchos rojos’, bloquearon el camino hacia la población de Copacabana, fronteriza con Perú y de acogida turística, para pedir la renuncia del presidente Arce.

Después de nueve días se retiraron de la carretera y esta jornada caminaron hasta el centro de La Paz con el objetivo de recuperar su sede, ocupada por el Gobierno, y para exigir a las autoridades que los cuatro detenidos durante el bloqueo de carreteras sean liberados.

«Pedimos el inmediato repliegue de la Policía de nuestra sede porque no es del Gobierno, es del pueblo, y exigimos la anulación de la sentencia contra cuatro de nuestros hermanos», dijo a EFE Enrique Mamani, dirigente de los ‘ponchos rojos’.

Indígenas pertenecientes a los ‘Ponchos Rojos’ participan en una protesta este miércoles en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

Marcha a favor de Arce

Miles de seguidores del presidente de Bolivia, Luis Arce, marcharon este miércoles para respaldar su gestión y en contra del exmandatario Evo Morales (2006-2019), quien le dio un ultimátum al mandatario exigiéndole que cambie a sus ministros «si quiere terminar su gestión».

El Gobierno denunció en la víspera que el plan del expresidente Morales es «convulsionar» el país, ante la advertencia de él y de sus seguidores de comenzar un bloqueo nacional de caminos desde el 30 de septiembre si es que Arce no cambia su Gabinete.

Obreros, comerciantes, juntas vecinales y otros sectores se reunieron en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, y desde allí caminaron hasta las sedes del Ejecutivo y Legislativo.

«Rechazamos el bloqueo de caminos que no permite el desarrollo de nuestro país e intenta generar convulsión social», fue una de las resoluciones a las que llegaron los seguidores de Arce.

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Seguidores del presidente Luis Arce, en La Paz La Paz (Bolivia). EFE/Gabriel Márquez

Además, exigieron a las autoridades que «no permitan» que se realice el bloqueo de caminos y que se aplique la ley para «detener a Evo Morales y toda su rosca (aliados/seguidores) que provoca zozobra y afecta los hogares de la familia boliviana».

La distancia entre Arce y Morales

Las peticiones de los manifestantes se entregaron a la ministra de la Presidencia, Maria Nela Prada, a quien pidieron que gestione una reunión con el presidente Arce, quien no aparece públicamente desde el sábado, cuando recibió un avión cisterna para el combate contra los incendios en la región de Santa Cruz.

Por su parte, mineros cooperativistas de la región andina de Potosí marcharon por el centro de La Paz también para respaldar al mandatario boliviano y se declararon «en emergencia» ante cualquier atisbo de «convulsión» por parte de los seguidores de Morales.

Morales, líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), después de liderar a miles de sus seguidores en una caminata que llegó el lunes a La Paz, advirtió al mandatario boliviano: «si Lucho (Arce) quiere seguir gobernando, primero en 24 horas que cambie a ministros narcos, a ministros corruptos drogos, que cambie a los ministros y ministras racistas, fascistas».

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Seguidores del presidente Luis Arce, en La Paz La Paz (Bolivia). EFE/Gabriel Márquez

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia publicó un comunicado de prensa rechazando «las declaraciones realizadas por el expresidente Evo Morales, así como cualquier tipo de extorsión o condicionamiento en contra de la voluntad del pueblo expresada en las urnas».

Arce y Morales se encuentran distanciados desde finales de 2021, y libran un larga batalla por el control del MAS y el Ejecutivo.