Puerto Príncipe (EFE).- Unos 70 efectivos de El Salvador llegaron este martes a Puerto Príncipe para unirse a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), liderada por Kenia, con el aval de Naciones Unidas y con el objetivo de ayudar a frenar la violencia en el país.
Los militares llegaron al aeropuerto Toussaint Louverture de la capital haitiana, donde fueron recibidos por Leslie Voltaire, quien encabeza el Consejo Presidencial de Transición haitiano, según pudo comprobar EFE.

También se encontraba en el aeropuerto el comandante en jefe de la misión Godfrey Otunga, junto a los embajadores de Francia y Canadá en Haití, Antoine Michon y André François Guiroux, entre otras personalidades.
Con estos efectivos, son más de 900 los del MSS en Haití, en su inmensa mayoría kenianos (700), pero también guatemaltecos, salvadoreños, bahameños, jamaicanos y beliceños, desde que comenzó el despliegue en junio de 2024.
«Saldremos victoriosos de esta misión»
El keniano Otunga recordó que El Salvador desplegó un equipo de avanzada en enero y se comprometió a enviar el resto del contingente más adelante.
«Hoy tenemos el privilegio de presenciar la realización de esta promesa al dar la bienvenida a 70 nuevos ».
El oficial agregó: «Expreso mi profundo agradecimiento a la comunidad internacional, en particular al Gobierno canadiense, por su papel determinante en el despliegue exitoso de este contingente en Haití».
Reafirmó el compromiso «inquebrantable» del MSS con el Gobierno y el pueblo de Haití, «quienes nos han mostrado un tremendo apoyo en nuestra lucha contra las pandillas. Saldremos victoriosos de esta misión».
La salida de EE.UU. de la misión internacional
La llegada de los militares salvadoreños se produce el mismo día en que la ONU informó de que ha recibido una notificación oficial del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que «piden parar de inmediato su contribución» a la misión multinacional.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, especificó que Estados Unidos había comprometido 15 millones de dólares para el fondo fiduciario que financiará esa misión, de los que solo 1,7 millones se han gastado, y el resto del dinero (13,3 millones), pese a estar comprometido, «queda ahora congelado».

Esta es una de las consecuencias más inmediatas de la orden ejecutiva de la semana pasada de Trump de suspender durante noventa días toda la ayuda humanitaria de Estados Unidos, canalizada principalmente a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), para poder revisar en qué se invierte ese dinero.
Aunque Estados Unidos no ha aportado agentes policiales para la misión en Haití, sí que era hasta ahora el país que más dinero había comprometido para su formación.
La participación de El Salvador
La participación de El Salvador se formalizó después de que las misiones diplomáticas del país centroamericano y Haití ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) firmaron a principios de octubre pasado un acuerdo de cooperación para el envío del apoyo, el cual fue ratificado en el Parlamento con 57 votos de 60 diputados.
A inicios de marzo pasado, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aseguró que podía arreglar la grave crisis de violencia que sufre Haití si cuenta con el visto bueno de las autoridades locales y de la ONU.
Más de 300 muertos en tres masacres en Haití durante los últimos meses de 2024
La situación de los derechos humanos en Haití continuó «muy alarmante» en el cuarto trimestre de 2024, período marcado por al menos tres masacres que causaron más de 300 muertos en tres zonas diferentes, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicado este martes en la capital del país.
Según la ONU, esas masacres causaron más de 300 muertos en el barrio de Wharf Jérémie, en Puerto Príncipe, así como en la localidad de Pont Sondé, en el municipio de Saint Marc, y en el de Petite Rivière, estos últimos en el departamento de Artibonite.

La violencia en Haití también se caracterizó -en el último trimestre- por la consolidación de la «justicia popular». Durante el período examinado, al menos 268 personas fueron linchadas o ejecutadas en estas circunstancias, cifra que elevó a más de 596 este tipo de muertes en todo el 2024, puntualizó el informe.
Entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de 2024, según los datos ofrecidos este martes por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas para Haití (Binuh), al menos 1.732 personas murieron y 411 resultaron heridas como consecuencia de la violencia de bandas y grupos de autodefensa, así como de operaciones policiales.
Esto eleva el número total de muertos en 2024 a 5.626 y el de heridos a 2.213. Al menos 431 personas fueron secuestradas por bandas para pedir rescate en el último trimestre del año, para alcanzar los 1.494 secuestros en 2024.
Condiciones de detención inhumanas
Entre las víctimas se encontraban individuos acusados de estar afiliados a bandas, así como conductores de mototaxis y vendedores ambulantes, que no pudieron presentar identificación ni justificar su presencia en determinados barrios en el momento de su detención.
El informe estableció que las condiciones carcelarias siguen siendo «degradantes» e «inhumanas», causando la muerte de 21 presos de octubre a diciembre pasados, lo que arrojó un total de 186 detenidos en 2024.
Frente a todos estos abusos y violaciones de los derechos humanos, las autoridades han tomado tímidas medidas para combatir la impunidad de la que gozan los autores. Se han iniciado varios procedimientos judiciales para luchar contra la corrupción, consideró la Binuh.
Por otra parte, tras las masacres de Wharf Jérémie y Pont Sondé, aunque se han iniciado investigaciones policiales, al 31 de diciembre de 2024 no se había registrado ninguna acción de las autoridades judiciales, según la oficina de la ONU.
Del mismo modo, en el caso de las ejecuciones sumarias, en las que presuntamente participaron agentes de policía, la Inspección General de la Policía Nacional Haitiana (PNH) no ha tomado prácticamente ninguna medida para identificar a los autores, debido a la falta de seguridad.