Imagen de archivo de voluntarios de Cáritas con mercancía humanitaria. EFE/EPA/Krzysztof Swiderski

La filial brasileña de Cáritas suspende varios proyectos por la interrupción de aportes de EE.UU.

São Paulo (EFE).- Cáritas Brasil anunció este lunes la suspensión temporal de dos proyectos destinados a la población migrante venezolana en el estado de Roraima ante la «ausencia de nuevos aportes financieros» por parte de Estados Unidos, señaló la entidad en un comunicado.

Se trata de las iniciativas de seguridad alimentaria ‘Proyecto Sumaúma: Nutriendo Vidas’ y de al agua, saneamiento e higiene ‘​​Orinoco: Aguas que Transpasan Fronteras’, ambos hasta el momento costeados en un 100 % por recursos provenientes del Gobierno de Estados Unidos.

Según informó a EFE un vocero de la ONG perteneciente a la Iglesia Católica, el proyecto ‘Nutriendo Vidas’ tenía el respaldo de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el otro, con foco en el al agua, recibía fondos de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado norteamericano.

Un ciudadano venezolano sostiene una bandera frente a la playa de Copacabana, en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ André Coelho

En este contexto, Cáritas brasileña habilitó una campaña espontánea de donación de fondos para reanudar «el desarrollo de esos programas esenciales».

‘​​Orinoco: Aguas que Transpasan Fronteras’ ya había sufrido un cierre temporal a inicios de enero ante el anuncio de recorte de gastos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aunque luego reabrió con fondos propios y donaciones, bajo la promesa de buscar nuevos socios que garanticen el funcionamiento pleno del proyecto a futuro.

La distribución de ayuda para los migrantes venezolanos

Según el comunicado, el proyecto Sumaúma distribuía 1.800 comidas diarias de lunes a viernes, garantizando «alimentos con alto valor nutricional», mientras que el proyecto Orinoco garantizaba el a baños, duchas, bebederos de agua potable y lavanderías a 1.000 personas diariamente.

Como una de sus primeras medidas, el mandatario estadounidense firmó una orden ejecutiva para reducir «significativamente» la plantilla de la istración pública y otorgar más poder al nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), que está bajo la supervisión de Elon Musk y que se encarga de recortar el gasto público.

Como parte de su ofensiva para reducir gastos, el DOGE ha desmantelado de facto la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), lo que despertó la preocupación de Gobiernos y organizaciones de la sociedad civil de diferentes lugares del mundo.

Según datos oficiales del Gobierno de EE.UU., en 2024 Usaid distribuyó más de 44.000 millones de dólares en ayuda global. De esta suma, alrededor de 2.300 millones de dólares fueron dirigidos a iniciativas en América Latina, representando un pilar fundamental para diversos programas relacionados a la migración, la salud, la educación, la preservación ambiental, entre otras áreas.