Pamplona (EFE).- El Archivo de Navarra ha recibido este jueves de Instituciones Penitenciarias 480 cajas con cerca de 40.000 expedientes de personas que estuvieron ingresadas en los centros penitenciarios de partido de Estella, Tudela y Tafalla, la Prisión Provincial de Pamplona y la Fortaleza de San Cristóbal de 1926 a 1960.
Esta extensa documentación recoge la identificación y vicisitudes de miles de presos procedentes de todos los puntos de España. El acto ha contado con la presencia de la consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Rebeca Esnaola, y el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz.
Expedientes con tres partes
Cada expediente, según se ha explicado en este acto, consta de una carátula de identificación del interno con sus datos personales y, al no utilizarse todavía fotografías, una descripción del rostro del preso con expresiones como ‘nariz recta’ o ‘cara ovalada’.
También forma parte del expediente una ‘hoja de vicisitudes’ del interno, en la que se reflejan incidencias como los traslados de centro, las rebajas de condena, las calificaciones de conducta, las recomendaciones médicas, las sanciones, los indultos o las concesiones de libertad condicional y extinción final de condena.
Completa el expediente una ‘deliberación definitiva’ en la que consta la fecha de salida de la cárcel al cumplir la condena y, en algunos casos, los datos de la ejecución de la sentencia de muerte.
Herramienta para el control istrativo de los internos
La documentación depositada se refiere, por un lado, a los expedientes de internos de las cárceles de los partidos judiciales de Estella, Tafalla y Tudela; por otro, a los expedientes de la Prisión Provincial de Pamplona y, por último, a los de la Prisión y Sanatorio Penitenciario Antituberculoso del Fuerte de San Cristóbal.
El conjunto documental está constituido por 480 cajas, que contienen 39.781 expedientes personales de internos de cronología 1926-1960, custodiados hasta la fecha en el Centro Penitenciario de Pamplona.
La llevanza y producción de estos expedientes, también llamados ‘expedientes procesales’, fue generalizándose y normalizándose en España con el paso del tiempo, hasta constituirse, ya en el siglo XX, en la principal herramienta de control istrativo de la situación penitenciaria del interno.
De su relevancia da idea el que, en el traslado de un recluso a otro centro penitenciario distinto, el interno acudiera a su nuevo destino acompañado de su expediente.
Son expedientes, en cualquier caso, cuyo contenido pertenece a otra época, ya que contienen informaciones, en muchos casos, de carácter sensible que ya no figuran en los expedientes penitenciarios actuales.
Una demanda de Navarra desde 2015
Ortiz ha comentado en este acto, celebrado en el Archivo de Navarra, que la entrega de esta documentación ha sido «la culminación de una aspiración de todas las partes implicadas». Desde Navarra, ha apuntado, se llevaba haciendo esta reclamación desde el año 2015.
Ha mostrado su orgullo por «contribuir a que una parte de la historia reciente penitenciaria esté a disposición de la ciudadanía» en el Archivo de Navarra, donde los documentos podrán ser consultados con la ayuda del personal de este centro.
Aportar luz a las sombras
La consejera ha calificado este traspaso como “necesario” y “demandado por la sociedad navarra”, ya que contribuirá a tener “un mejor conocimiento de nuestro pasado”. Un pasado que, según ha reconocido Esnaola, corresponde en buena parte “a un período de tiempo convulso, crítico y doloroso para muchas familias navarras”.
Además, el depósito de estos expedientes en el Archivo Real y General de Navarra facilitará también, según ha incidido, la investigación, “porque se trata de fuentes primarias de información que aportarán luz a muchas sombras”.
Esnaola ha finalizado asegurando que “el compromiso de Gobierno de Navarra será el de velar por la conservación y puesta a disposición de esta documentación a todas y todos los navarros y a la sociedad en general”.
