Pamplona (EFE).- Más de 300 profesionales participan en el I Congreso de Violencias Sexuales a lo largo de este jueves y viernes en el Palacio de Congresos Baluarte, en Pamplona, un evento en el que se va a abordar la intervención, reparación y otras estrategias feministas ante unas violencias muchas veces «invisibles».
Para ello se cuenta con especialistas en trabajo social, educación, psicología, medicina, enfermería, derecho, abogacía y cuerpos policiales.
El Congreso ha comenzado con la proyección de la película ‘No estás sola’ para reflexionar sobre la violencia sexual, y en la primera jornada se abordan la dimensión simbólica de esta problemática, el consentimiento y el marco normativo de protección a la infancia.
Expertas analizarán procesos de recuperación y redes de explotación sexual en Internet, y se presentarán experiencias de atención en Navarra.
El programa continuará con sesiones sobre violencia sexual en menores, mujeres en contextos de desarraigo y discapacidad, cerrando con una mesa redonda sobre estrategias de resistencia.
Violencia sexual, una vulneración de derechos humanos
La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ha destacado en la apertura del congreso que “las diferentes formas de violencia han sido y continúan siendo uno de los extremos más graves y prevalentes de las desigualdades que vivimos las mujeres”.
“Son una clara vulneración de nuestros derechos humanos que socava nuestra libertad, nuestra integridad física y moral, y nuestra dignidad”, ha denunciado, “y, sin embargo, hablar de violencia, y más concretamente de violencias sexuales, era y sigue siendo poco menos que un tabú”.
Según una encuesta sobre violencia elaborada por el Ministerio de Igualdad en el año 2019, la mayor parte de la violencia sexual sigue sin denunciarse, ha recordado Chivite: “Solo el 8% de las mujeres que la sufren cuentan con la posibilidad y los recursos para hacerlo”.
“Las denuncias no se presentan, sobre todo por vergüenza, por miedo a no ser creídas, porque las víctimas son menores de edad o porque siguen sintiendo miedo y culpa, y esto está afectando seriamente a muchas personas”, ha alertado.
Pioneras en materia de igualdad
La presidenta ha celebrado que “en Navarra, de hecho, somos pioneras en materia de igualdad y lucha contra la violencia de género, como establece nuestra Ley Foral de 2015, una normativa muy avanzada”.
En ese sentido, ha dado las “gracias a la sociedad navarra por haber escuchado al movimiento feminista, por haber reproducido, ampliado y multiplicado su mensaje”.
“Como presidenta, no puedo sentir otra cosa que orgullo por una comunidad que levanta la voz en defensa de las mujeres. Soy una presidenta feminista, que preside un gobierno feminista, y lo digo con mucho orgullo”, ha celebrado.
Chivite también ha afirmado que “entre las grandes transformaciones que la sociedad ha vivido en las últimas décadas, se encuentra el lugar y la posición que mujeres y hombres ocupamos”, una evolución “impulsada por los movimientos civiles y la acción de los poderes públicos que, aunque ha avanzado, está lejos de completarse y ni mucho menos está consolidada”.
La desigualdad estructural
Por eso, “debemos permanecer vigilantes, porque la lucha contra la desigualdad estructural de género no es un camino sin retorno. Estemos alerta y no cedamos”, ha insistido.
La jornada de este jueves cuenta con la participación del vicepresidente primero del Gobierno de Navarra y consejero de Presidencia e Igualdad, Félix Taberna; el Defensor del Pueblo, Patxi Vera; y la directora gerente del Instituto Navarro para la Igualdad, Patricia Abad.
Precisamente, Abad ha recordado que “la violencia sexual, como sabemos, muchas veces es invisible, normalizada, naturalizada y, en muchos casos, aprendida, formando parte de la desigualdad en la que se sustenta nuestra sociedad patriarcal”, una desigualdad entre mujeres y hombres que “se mantiene hoy”.
En ese sentido, ha añadido que “las violencias sexuales abarcan diferentes tipologías concretas: desde el feminicidio sexual hasta la trata, pasando por el abuso sexual y el matrimonio forzado”.
