Pamplona (EFE).- Las terribles inundaciones del pasado martes 29 de octubre en la Comunidad Valenciana, con precipitaciones históricas, obligan a preguntarse si está Navarra parada ante este tipo de eventos extremos.
Ayudas públicas y protocolos de actuación
En la Comunidad Foral, 50 municipios están obligados a tener su propio plan de prevención ante inundaciones, un protocolo de actuación creado exclusivamente para las características propias de cada lugar, en función de su geografía, ordenación o urbanismo.
En la actualidad, ya son 48 los ayuntamientos que han hecho ese plan, según datos del Gobierno de Navarra. Muchos de estos planes son obligatorios en aquellas localidades que tanto la Confederación Hidrográfica del Ebro como la del Cantábrico han identificado como Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación, en función de las inundaciones históricas y posibles afecciones a zonas urbanas. Hace una década eran 4 los municipios que contaban con este plan.
El principal objetivo del plan es proporcionar a la ciudadanía un nivel de protección adecuado y reducir los daños materiales y personales que pudieran ocasionarse. Una vez los planes son consensuados por el personal técnico y las autoridades locales, éstos son enviados al Servicio de Protección Civil del Gobierno de Navarra para su revisión y homologación.
El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, a través de su nueva Oficina de Cambio Climático, ha puesto en marcha este mismo año un programa de ayudas y subvenciones de 5 millones de euros, destinado a entidades locales, personas físicas o entidades privadas, para acometer actuaciones de adaptación y prevención de riesgos de inundaciones en todas las localidades de la Comunidad Foral, así como la intervención en 18 puentes de titularidad foral.
Herramientas digitales y aplicaciones
En el ámbito local, tras la redacción de estos planes de emergencia municipal, 22 ayuntamientos han aprobado, además, la implantación de una herramienta digital de avisos que les proporciona información en tiempo real y específica para su localidad.
Una de esas herramientas es URA, desarrollada para el Ayuntamiento de Tafalla, con especial atención a la hora de definir los valores umbrales de lluvia registrada y caudal circulante por los ríos de su área. En este caso en concreto cuenta con hasta cuatro pluviómetros en la zona de cabecera y tramo medio del río Cidacos, que registran datos que se actualizan cada 10 minutos.
Más recientemente, y por medio del proyecto LIFE NAdapta, se ha desarrollado una novedosa plataforma digital para el Gobierno Foral que proporciona una visión global de los posibles episodios de inundación a través de un visor cartográfico, compilando información registrada en tiempo real de más de 170 estaciones pluviométricas y datos de caudal circulante de 70 estaciones de aforo instaladas en ríos.
Estos datos proceden, no solo de las redes de medida de Gobierno de Navarra, sino también de la AEMET, Confederación Hidrográfica del Ebro o diputaciones limítrofes de Gipuzkoa y Álava.
Inundaciones históricas en Navarra
Hace apenas un mes, el pasado 21 de septiembre, una abundante y repentina tormenta descargó sobre el valle de Ultzama cerca de 150 litros por metro cuadrado, con un registro de 64 litros por metro cuadrado en una hora.
La Agencia Estatal de Meteorología AEMET considera que cuando se superan los 60 litros de lluvia por metro cuadrado en menos de una hora –en la Ultzama fue más del doble y en Valencia, el triple- estamos ante episodios de lluvias torrenciales, el nivel más intenso de precipitaciones. Los vecinos de las localidades de Auza y Eltzaburu (Ayuntamiento de Ultzama) apenas pudieron hacer nada; el agua del río se desbordó y alcanzó un metro de altura entrando en sus casas. No recordaban un episodio de lluvia tan extremo en este valle en los últimos 45 años.
Las estaciones meteorológicas de la Comunidad Foral sólo han registrado un total de diez episodios de lluvias torrenciales por encima de este valor desde 1970. Y la gran mayoría (7 de 10) se han producido en esta última década, desde 2011 hasta hoy.
Y aún con mayor intensidad en los últimos cinco años: en febrero y septiembre de este año; las tormentas del 9 de diciembre de 2021 (más de 200 l/m2 en dos días) que causaron inundaciones en la Comarca de Pamplona, con el mayor caudal jamás registrado para el río Arga; u otros dos episodios en 2019, en julio y diciembre, que provocaron las inundaciones en la zona de Tafalla y el curso del río Cidacos, con el trágico resultado de dos personas fallecidas.
¿Es evitable la tragedia?
Es cierto que, en ocasiones, la realidad supera todas las previsiones, como en el caso de las inundaciones de julio de 2019 en Tafalla: la tormenta que se generó repentinamente en la Sierra de Izco triplicó su intensidad respecto a todas las previsiones e indicadores que había.
Se recogieron más de 158,9 litros por metro cuadrado en menos de una hora en la estación meteorológica de Guetádar y 95,7 l/m2 en Tafalla. Pero, en general, los efectos y consecuencias de las inundaciones se pueden prevenir mediante la ordenación responsable del espacio fluvial, los sistemas de alerta temprana y los planes de actuación, prevención y resiliencia de las poblaciones locales.