Pamplona (EFE).- El Functional Print Clúster, formado por unas 90 empresas y organismos españoles, de los que 60 se encuentran en Navarra, está trabajando para crear un ‘ecosistema’ favorable a este sector de ámbito europeo con el objetivo de poder competir con países como China, Corea del Sur o Estados Unidos.
El Clúster, que este miércoles y el jueves celebra en Pamplona su décimo aniversario, es una agrupación de empresas, centros tecnológicos, centros de conocimiento (universidades y formación profesional), agrupaciones empresariales y otros agentes cuya actividad está relacionada con el apoyo y el desarrollo de la impresión funcional.
Esta tecnología consiste en la fabricación, mediante impresión, de productos dotados de nuevas funcionalidades. Para ello se utilizan sistemas de impresión tradicionales, como serigrafía, inkjet, offset o huecograbado, pero con materiales avanzados como tintas conductoras, bio-activas o termo-crómicas sobre todo tipo de superficies.
Así se obtienen productos de alto valor añadido con múltiples aplicaciones, de forma masiva o personalizada, a bajo coste y con un menor impacto medioambiental, ha explicado a EFE la gerente del Clúster, Susana Barasoain.

Coches eléctricos más ligeros
Algunas de las áreas con mayor proyección de crecimiento son la electrónica, para la impresión de circuitos, teclados, antenas, sensores electroluminiscentes, baterías o sistemas antirrobo; y la biofuncional, orientada a la fabricación de elementos de diagnóstico bioquímico para el sector alimentario, veterinario o sanitario.
También tiene aplicación en la industria del ‘packaging», mediante la impresión de envases y etiquetas inteligentes para el sector de la alimentación, farmacéutico o químico, y en el llamado ‘2D-3D’ o ingeniería e impresión de utillajes, prototipos y piezas finales combinando la fabricación aditiva y la electrónica flexible.
Barasoain ha puesto algunos ejemplos concretos de la aplicación práctica de estas tecnologías de impresión funcional, que pueden sustituir el cableado de los vehículos y hacer los coches eléctricos más ligeros. Al igual que la anterior, también están ya en el mercado biosensores impresos para el control de la trazabilidad de las enfermedades o de las constantes vitales de las personas.

Ropa inteligente
Ya hay ‘ropa inteligente’ en el mercado capaz de realizar diferentes funciones, pero según ha destacado Barasoain ahora se trabaja especialmente en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, por ejemplo creando chalecos que midan las constantes vitales de los trabajadores en entornos peligrosos, como ferrocarriles, fábricas o plataformas petrolíferas.
La gerente del clúster ha señalado que la impresión funcional simplifica la producción de muchos componentes y se trabaja para que además se haga a un precio significativamente más barato.
En este sentido, ha declarado que China, en este sector, es «el enemigo a batir, pero también el enemigo del que aprender».
«Nosotros tenemos la base en Navarra, pero nuestro interés fundamentalmente es afianzar un ecosistema europeo», ha afirmado Barasoain, quien ha explicado que por ese motivo han comenzado un proyecto de colaboración con otros cuatro clústeres de Finlandia, Alemania, Letonia y Francia.
También se trabaja en Navarra con Salesianos para crear una Formación Profesional específica de impresión funcional. El objetivo final es crear una ‘alianza europea’ que promueva la movilidad de trabajadores de este sector y desarrollar «una I+D fuerte en Europa que pueda pelear con países como China, Corea o Estados Unidos».