Voluntarios y de la Media Luna Roja llevan a cabo campañas de limpieza en los campos de desplazados. EFE/Cedida por Cruz Roja

Sudán: 10 millones de civiles desplazados en su propio país y en riesgo de hambruna

María Montoya |

Pamplona (EFE).- Más de 10 millones de personas viven desplazadas en su propio país, Sudán, fruto de la guerra civil que estalló en abril de 2023 y que continúa sumando refugiados internos.

Se trata de más del 20 % de la población que de la noche a la mañana ha dejado su casa, su trabajo y su arraigo para escapar a otra zona más segura del país, en algunos casos al amparo de familiares pero en otros muchos para engrosar las listas de campos de acogida atendidos por organizaciones humanitarias.

Es el caso de Cruz Roja, que de la mano de la Media Luna Roja Sudanesa asiste en proyectos sobre el terreno, en los que se ocupan de paliar las necesidades de comida y agua, pero también de evitar las enfermedades y facilitar artículos de higiene.

Sin embargo, la guerra hace difícil e incluso imposible llegar a algunas zonas, lo que está elevando a niveles dramáticos la inseguridad alimentaria e incluso la hambruna.

Imagen cedida de la situación en los campos de desplazados en Sudán en los que trabaja Cruz Roja
Voluntarios descargan materiales de un camión en Port Sudán. EFE/Cedida por Cruz Roja

Allí está desde hace 9 meses Elena de Mingo, delegada de proyecto y con base en Port Sudán, que actúa en dos zonas, el estado del Nilo Blanco y Kassala, y que explica a EFE que lo repentino del inicio del conflicto y el hecho de que estallara en la capital, Jartum, ha hecho que afecte a todo el país “de manera brutal” al implicar a la cabeza istrativa del país.

Los desplazados son familias de todo tipo, “pero como siempre el más débil es el que menos herramientas tiene para enfrentarlo, el que no tiene ahorros para poder salir de su casa y buscar un sitio seguro en otro país”.

A ello se suma “un ataque deliberado contra las mujeres, donde la violencia de género campa a sus anchas en este conflicto”, dice sobre la población más afectada, que también implica a los más pequeños, “millones de niños que se ven privados de educación” por el cierre de las escuelas en muchos estados.

La importancia de las redes familiares

Explica que, de los millones de desplazados, muchos viven con familias de acogida. “Sudán es un país tradicional, donde las redes familiares son amplias y muy importantes, y por eso la primera opción de todo el mundo ha sido marcharse con algún familiar que esté en alguna zona segura”.

También hay muchas personas que están viviendo en campos improvisados, la mayoría acogidos en edificios públicos, escuelas y otros, pero “hay mucha más gente de la que se puede acoger allí, y están en condiciones muy duras”.

Por ello, sus necesidades son “todas las que conlleva haber perdido su casa”, como desgraciadamente se ha visto en España tras la dana que ha afectado a Valencia, dice como ejemplo de una imagen más cercana.

“Necesitas empezar todo de nuevo, necesitas un techo, has perdido tu trabajo, necesitas alimento, necesitas artículos de higiene, atención sanitaria y también agua limpia, tanto para beber como para cocinar”, enumera de una lista de imprescindibles, a los que añade mantas o kits de cocina.

Imagen cedida de la situación en los campos de desplazados en Sudán en los que trabaja Cruz Roja
Vista de uno de los campos de desplazados en los que trabaja la delegación española de Cruz Roja. EFE/Cedida por Cruz Roja

Y no en todos los lugares se puede acceder a esto, y por ello “desde hace bastante tiempo estamos viendo brotes de cólera y otras epidemias, y sobre todo una crisis alimentaria muy, muy grave que está afectando al país. Primero porque la producción agrícola está paralizada, y eso crea inflación en los mercados en un momento en el que la gente tampoco tiene recursos económicos para comprar”.

“Ya hay muchas personas en situación de hambruna o en riesgo», alerta la delegada del proyecto de Cruz Roja, que revela que en los lugares donde los mercados funcionan también ayudan a las personas haciéndoles transferencias de efectivo para que puedan comprar.

No obstante, una de las acciones más importantes a medio plazo es la salud de base comunitaria, que se traduce en formar a personal voluntario de la Media Luna Roja sudanesa, a su vez desplazados en estos campos, para que puedan identificar determinadas enfermedades y reportar epidemias a las autoridades pertinentes.

Confiar en los voluntarios locales y en la Media Luna Roja

Precisamente el trabajo codo con codo con la Media Luna Roja local cobra gran importancia “en este clima de inseguridad, porque donde las organizaciones internacionales no podemos llegar debemos confiar en la gente que está allí y puede dar un servicio a su comunidad de manera mucho más directa”.

Así se puede llegar a más personas, agradece De Mingo, quien atribuye buena parte del éxito de estos os con las organizaciones locales a la propia idiosincrasia de la sociedad sudanesa.

“Sudán está ligado a las fuertes redes familiares y en general es una cultura nada individualista. Todo es en comunidad, y todas estas organizaciones de base, vecinales, grupos de amigos, se están organizando para poder ayudar a su comunidad” y canalizar mejor lo que la Cruz Roja Internacional trata de hacerles llegar.

La paciencia, energía y talento de los sudaneses suman

Otro de los valores de la cultura sudanesa es “la amabilidad. Son gente con muchísima paciencia, energía y talento”, asegura afectada por la “agonía” que han sufrido muchos que quedaron atrapados al estallar el conflicto de manera tan imprevista y se han visto bloqueados por su rápida extensión.

A esta acción solidaria EFE le da visibilidad dentro del proyecto ‘Inolvidables’, una iniciativa de la Fundación Caja Navarra para re-informar a la sociedad sobre esas crisis mundiales, aún latentes, de las que ya poco (o nada) se habla.

No mirar para otro lado

Al respecto, la Jefa de la Delegación de Cruz Roja española en Sudán, Ester Ortiz, considera “importante no cerrar los ojos ni mirar hacia otro lado” y advierte de que “solo con interesarse por conocer qué está pasando ya es poner un granito de arena” para comenzar a aliviar la situación.

En cuanto al conflicto en sí, Ortiz ve “complicado” un arreglo a la vista porque las posturas de las partes están enquistadas, pero sí incide en la necesidad de que la ayuda humanitaria pueda llegar a la población. Y eso pasa por abrir corredores y obtener permisos para que sus camiones puedan llegar a las zonas de los refugiados.

Imagen cedida de la situación en los campos de desplazados en Sudán en los que trabaja Cruz Roja
Imagen de una de las sesiones de formación de voluntarios sobre salud comunitaria. EFE/Cedida por Cruz Roja

“Las organizaciones internacionales y agencias de Naciones Unidas, estamos trabajando para que sea así”, señala a EFE tras incidir en que los ataques y bombardeos en mercados, en hospitales, la falta de a servicios de salud, el incremento de violencia sexual, los arrestos injustificados siguen motivando los desplazamientos de la población civil.

“La mitad de la población de Sudán está en crisis alimentaria, más de 20 millones de personas”, alerta.

Coincide en valorar la resiliencia de los de la Media Luna Roja, voluntario y compañeros que sufren la misma situación pero acuden a trabajar cada día «pensando en colaborar y en ayudar a los demás, y se juegan la vida”, subraya tras recordar que 9 de la Media Luna Roja han muerto estando de servicio.