Roger Mateos |
Barcelona (EFE).- Un musculoso luchador con bañador ceñido se sube a la tercera cuerda del ‘ring’, levanta los brazos, lanza un grito rabioso, pega un salto acrobático y aterriza sobre el cuerpo vencido de su oponente; el árbitro cuenta tres palmadas sobre la lona y suena la campana: combate finalizado.
La velada continúa con más duelos entre forzudos con atuendos estrafalarios, jaleados por el público, mientras reparten codazos, patadas voladoras y bofetadas en el pecho que restallan como latigazos; arrojan sus cuerpos contra el suelo del cuadrilátero y se castigan con ataques furibundos que podrían acabar con cualquiera de ellos hospitalizado… si no fuera porque esto es ‘wrestling’.
Los más veteranos lo llaman «Pressing Catch» en honor al histórico programa de Telecinco, aunque la palabra universal que define esta mezcla de deporte de o, espectáculo circense y comedia es ‘wrestling’, la lucha libre profesional que causó furor en España a principios de los noventa y que, tras épocas de altibajos, vive un auge, con el inicio en enero de las emisiones de la World Wrestling Entertainment (WWE) en Netflix, la apertura de academias formativas y la llegada de un luchador español, Axiom, a la élite mundial.
Mientras Las Vegas se prepara para acoger este fin de semana Wrestlemania, el evento más multitudinario del año de la WWE, en España renace la afición por un espectáculo inclasificable que cuenta con fans insospechados como Bad Bunny, Travis Scott, LeBron James, Donald Trump, Arnold Schwarzenegger o los hermanos Macaulay y Kieran Culkin.
¿Qué es el ‘wrestling’?
«El ‘wrestling’ es el más bello de todos los engaños», afirma a EFE Carlos Ryder, miembro fundador y guionista principal de Lucha Libre Rebelión, una asociación barcelonesa activa desde septiembre de 2024, que forma a futuros luchadores y organiza shows mensuales.
Hay una «narrativa guionizada», señala Carlos Ryder, un «punto de encuentro entre deporte y ficción, donde la excitación de ver a tu equipo marcar un gol en el último minuto se suma a la emoción que sientes cuando el Capitán América lucha contra Thanos».
Dice el tópico que no se pegan de verdad, y es cierto que las bravuconadas y sobreactuaciones forman parte del guion, pero los trompazos, caídas y saltos mortales son tan reales como peligrosos si detrás no hay una técnica y muchas horas de entrenamiento.

Para Joey Torres -rey de las acrobacias en Lucha Libre Rebelión y, junto a Iker Navarro, una de sus estrellas al alza-, el ‘wrestling’ es «un arte»: «Lo principal es cuidar a tu rival. Haces ver que lo destrozas, pero en realidad lo estás protegiendo para hacerle el menor daño posible. Es como un tango entre dos, un baile», asegura a EFE Joey Torres, miembro de Barcelona Blacklist, un ‘tag team’ (equipo de dos luchadores) con Sito Sánchez.
Barcelona, epicentro del resurgimiento
Los shows de Lucha Libre Rebelión, en la sala SouLivre, suelen reunir entre 150 y 300 espectadores, que son parte fundamental del evento, porque la interacción entre el público y los protagonistas puede ser decisiva para orientar las tramas entre los luchadores del elenco, en el que también destacan nombres como Martí Ubach, El Ibérico, Enrique Lemus III o Menino.

En Barcelona también opera la promotora Resist Pro Wrestling, que dispone de academia propia y suele celebrar dos espectáculos al mes -normalmente en el Casinet d’Hostafrancs-, según detalla a EFE Marc Andrés, manager y editor de esta asociación.
En la plantilla de Resist -que lleva ya una década de actividad, antes bajo la marca Riot- figuran luchadores como TJ Charles, Guillermo, Ángel Reyes, Pedrolo o Mortero, que también aspiran a llegar lejos en esta disciplina.
Barcelona se ha convertido en epicentro del resurgimiento del ‘wrestling’ en España: no solo dispone de dos academias, sino que concentra a creadores de contenido con miles de seguidores; además, el Pabellón Olímpico de Badalona (Barcelona) albergó el 14 de marzo un programa en directo de «SmackDown» con estrellas de la WWE, al que asistió en primera fila el futbolista del FC Barcelona Lamine Yamal.
Axiom, el ‘Fernando Martín’ del ‘wrestling’ español
El auge del ‘wrestling’ alcanza a otras ciudades –Sevilla, Cádiz, Elche, Zaragoza, Bilbao o Gijón-, pero sobre todo destacan la cada vez más consolidada Tyris Wrestling en Valencia, North Coast Wrestling en Santander y la histórica Triple W en Madrid, fundada en 2009, de donde salió Axiom, que dio el salto a EEUU hasta convertirse en campeón por parejas de NXT, marca de desarrollo de la WWE.
De Vallecas a la élite mundial, Axiom ha logrado lo que hace unos años parecía inimaginable para un luchador español, como en su día pasó con la llegada del baloncestista Fernando Martín a la NBA.
«Para nosotros, Axiom representa el ‘sí se puede’. Ha demostrado que nada es imposible si te esfuerzas en el gimnasio y entrenas duro. Axiom nos da esperanzas», subraya Iker Navarro, otro estandarte de Lucha Libre Rebelión, con experiencia luchística en Reino Unido, Irlanda, Francia o Italia.

Quien más cerca está de emular a Axiom es Zozaya, otra promesa forjada en la madrileña Triple W, invitado este marzo por los cazatalentos de la WWE a unas pruebas en Londres.
‘Influencers’ a las duras y a las maduras
En Barcelona y sus alrededores se concentran varios creadores de contenidos que han mantenido viva la llama del ‘wrestling’ incluso en épocas de menor esplendor, como Alejandro Gómez, autor del podcast de lucha libre «El Último Hombre En Pie».
«En Barcelona siempre ha habido mucha afición. Ya en 1991, la WWE vino por primera vez y batió el récord del Palau Sant Jordi con 17.400 espectadores», rememora para EFE Gómez, que está notando un incremento de suscriptores desde el inicio de las emisiones en Netflix en enero de 2025.
Sebastián Martínez -impulsor de Solowrestling.com, web de referencia en castellano sobre lucha libre- y Rolso -con uno de los canales de YouTube más populares sobre ‘wrestling’- llevan años consolidando sus proyectos.
Fuera de Cataluña, el más exitoso es Falbak, que desde 2016 regenta un canal de YouTube que acumula más de 630.000 suscriptores, una plataforma en la que también se abre paso LuigiWrestling, mientras que Alberto Béjar ha puesto en marcha recientemente «Viajar x Wrestling», una iniciativa que organiza expediciones a eventos de lucha libre por el mundo, otro síntoma del auge de este fenómeno.