Imagen de archivo de un día de lluvia y tormentas. EFE/Manuel Bruque

Vaguada polar: qué es y cómo afecta al clima

Daniela Alias Fernández |

Madrid (EFE).- En los últimos años, los fenómenos meteorológicos extremos han cobrado un protagonismo creciente en la agenda climática de España.

Entre ellos, las vaguadas polares destacan por su capacidad de transformar de forma abrupta el clima peninsular, desencadenando olas de frío, intensas nevadas y lluvias torrenciales.

A continuación, repasamos qué son las vaguadas polares, cómo se forman, qué impacto tienen sobre el territorio español y cuáles son las herramientas que permiten predecirlas y mitigar sus efectos.

¿Qué es una vaguada polar?

Las vaguadas polares son uno de los fenómenos meteorológicos invernales más relevantes para la Península Ibérica. Se trata de intrusiones de aire ártico que desestabilizan el clima regional, provocando bruscos descensos térmicos, precipitaciones intensas y otros eventos adversos.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se presentan como “una región de la atmósfera en la cual la presión es baja con respecto a las regiones próximas en el mismo nivel” y adoptan una forma característica en V, visible en los mapas meteorológicos.

Estas estructuras atmosféricas no constituyen centros de baja presión cerrados, sino alargamientos que canalizan aire frío desde latitudes altas hacia zonas templadas. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) de México coincide al describirlas como «ejes de baja presión atmosférica que en el mapa se ven con formas de V», lo que refuerza su definición internacional.

Una mujer con paraguas se protege de la lluvia en una imagen de archivo. EFE/ David Arquimbau Sintes

¿Cómo se forma una vaguada polar?

Las vaguadas polares se originan por la interacción entre masas de aire tropical y polar, especialmente en la zona del frente polar, donde el gradiente térmico es más marcado. El aire frío procedente del Ártico desciende a latitudes más bajas empujado por vientos del oeste en niveles altos de la atmósfera. Este contraste térmico alimenta el desarrollo de la vaguada y su desplazamiento.

En el hemisferio norte, su rotación es ciclónica (antihoraria) debido a la fuerza de Coriolis. A su paso, generan una columna de aire ascendente que favorece la formación de nubosidad y precipitaciones al disminuir la presión atmosférica y provocar la condensación del vapor de agua.

Impacto climático y meteorológico

El impacto térmico de las vaguadas polares puede ser muy acusado: las temperaturas pueden bajar entre 5 y 10 grados respecto a los valores normales. Este enfriamiento es abrupto, asociado con la irrupción de aire ártico y el ascenso de aire húmedo que libera calor latente, intensificando el sistema.

Además, generan bandas de nubes extensas y persistentes, resultado del ascenso adiabático del aire. Las precipitaciones asociadas pueden ser tanto líquidas como sólidas. Es común que, tras varios días de lluvias, las temperaturas bajen drásticamente, llegando a nevar a partir de los 900 metros de altitud. Esto puede afectar notablemente a la movilidad, especialmente en zonas montañosas.

La península Ibérica: una región afectada

España, por su situación entre influencias atlánticas, continentales y mediterráneas, está particularmente expuesta a estos fenómenos. La frecuencia de vaguadas aumenta durante el otoño y el invierno, cuando los contrastes térmicos son más acusados. Ejemplos como la borrasca Filomena evidencian su capacidad para alterar radicalmente las condiciones meteorológicas en pocos días.

Imagen de archivo de la borrasca Filomena en España. EFE/ Ángeles Visdómine
Imagen de archivo de la borrasca Filomena en España. EFE/ Ángeles Visdómine

Las zonas montañosas —Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central, sistemas Béticos— son especialmente vulnerables por la acumulación de nieve y el descenso térmico. Estas condiciones también pueden afectar a los ecosistemas y a sectores como el transporte o la agricultura.

Rubén del Campo, portavoz de AEMET, ha subrayado en varias ocasiones la importancia de la preparación ante estos episodios, destacando la necesidad de medidas como el uso de cadenas o sistemas de calefacción alternativos que no dependan exclusivamente de electricidad o gas.

¿Cómo se predicen las vaguadas polares?

La predicción de las vaguadas polares se basa en el análisis sinóptico y el uso de modelos numéricos avanzados. En los mapas de presión, se representan mediante isobaras en forma de V. AEMET utiliza información proveniente de estaciones, radiosondeos, satélites y boyas para anticipar su evolución.

Los sistemas de alerta pública permiten advertir con antelación sobre estos eventos. AEMET emite avisos de nivel amarillo, naranja o rojo en función de la intensidad prevista, considerando variables como temperatura, viento, lluvia o nieve.

La comunicación clara y eficaz es esencial para prevenir riesgos. Portavoces como Del Campo desempeñan un papel fundamental al traducir la complejidad meteorológica para el público general, fomentando una respuesta social adecuada.