Nexos y confluencias de Chillida y Balenciaga en el Museo Balenciaga de Getaria. EFE/Juan Herrero.

Nexos y confluencias de Chillida y Balenciaga

Getaria (Gipuzkoa), (EFE).- Nexos y confluencias de Chillida y Balenciaga.

Este es el eje sobre de la exposición ‘Plegar la forma» que muestra la aproximación filosófica al arte que mantuvieron ambos evidenciada en el respeto al material o la eliminación de lo superfluo.

El Museo Balenciaga de Getaria (Gipuzkoa) acoge hasta el próximo enero la muestra, organizada en colaboración con la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, Chillida Leku y la Sucesión Eduardo Chillida.

Nexos y confluencias de Chillida y Balenciaga en la exposición del museo dedicado al modisto en Getaria. EFE/Juan Herrero.

El consejero de Cultura, Bingen Zupiria, la directora del Museo Balenciaga, Miren Vives, la directora de Chillida Leku, Mireia Massagué, y el director de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, Mikel Chillida, han presentado este jueves la exposición..

Nexos y confluencias


Además de sus orígenes guipuzcoanos y lazos de amistad, Chillida y Balenciaga mantuvieron diversas «confluencias» al abordar sus respectivas disciplinas junto a un respeto y iración mutua.

Muestra de ello es la obra «Homenaje a Balenciaga» que Chillida esculpió en 1990 dentro de una serie dedicada a artistas y pensadores que le inspiraban..

La pieza, de dos metros y medio y cuatro toneladas, ha sido trasladada desde su ubicación habitual en Chillida Leku para presidir el hall del museo.

«Plegar la forma» inaugura una nueva sala del museo destinada a la obra de otros creadores y disciplinas, que acoge en esta ocasión 27 obras de Chillida y 15 piezas de Balenciaga.

Capa de Balenciaga y obras en papel de Chillida en el Museo Balenciaga. EFE/Juan Herrero.

La exposición parte de una idea inicial de Fernando Bernués, sobre la que ha trabajado Anna Alcubierre.

Esta museógrafa ha montado las piezas en una sala oscura que emula la «luz oscura del Atlántico» que resalta el blanco y negro de las obras.

En este sentido, la exposición «es una invitación a percibir la obra de Chillida y Balenciaga de una forma diferente, con luz oscura y acompañada de movimientos giratorios», ha señalado Uria.

A la hora de plantear la muestra lo primero en lo que pensaron sus organizadores fueron las ‘Gravitaciones’, como nexo más claro, pero finalmente optaron por incluir otros materiales como el barro o el metal.

De esta manera se suceden los diálogos entre una ‘Gravitación’ de 1991 y un mármol con incrustación de plomo de 1965 de Chillida con un tocado en seda y marfil con cintas negras de Balenciaga.

Convergencia de valores y conceptos en la obra de Eduardo Chillida y Cristóbal Balenciaga. EFE/Juan Herrero.

En este conjunto, además de la convergencia conceptual, se aprecian las coincidencias formales entre las obras.

Esta es una constante en otros «emparejamientos» reconocibles como el sobrero en crin negra cubierto con lazadas de cinta de nylon y un estudio para el Peine del Viento en plata y acero.

La conexión personal entre Chillida y Balenciaga se inició con la abuela materna del escultor, Juana Eguren, a la que el modisto obsequiaba regalos traídos de París.

Esta mujer, que fue una referencia en los primeros años de la vida del artista, pasó el testigo a Pilar Belzunce, de la que la muestra presenta el vestido de cóctel con el que se fotografió junto a la escultura ‘Homenaje a Balenciaga’.

Valores comunes

La exposición plasma valores comunes de Chillida y Balenciaga como reflejar sus orígenes en sus obras, experimentar y buscar el límite en la innovación.

Entre las máximas de ambos artistas figuraba la «eliminación» para alcanzar la perfección en el resultado y el concepto del vacío

«‘Plegar la forma’ permite penetrar en el espacio interno de las creaciones de los dos artistas», ha concluido Uria.